Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Saldré un momento, espera aquí— Habló en un tono serio para luego salir de la lujosa habitación.
¿Qué hacía beomgyu en la casa del chico raro? El proyecto de química, Beomgyu creía que la casa iba a ser aterradora, llena de telarañas, con monstrous que se lo devorarían al verlo, pero no, sus pensamientos habían exagerado demasiado. La casa era grande y lujosa... Sorprendente para alguien como Beomgyu, alguien de "Bajos recursos" Justo como solía decirlo el señor Choi, padre de Soobin. La habitación del castaño era bastante linda, con las paredes blancas y la ventana gigante que daba una hermosa vista al jardín de la casa. Justamente en la esquina de la pared resaltaba un estante con medallas y fotografías que podrían levantar la curiosidad de cualquiera que no conociera del todo a Soobin.
El castaño había salido de la habitación, dejando a Beomgyu solo, algo bastante precipitado debido a que el menor solía tener curiosidad por absolutamente todo lo que lo rodeaba. El pelinegro se levantó de su asiento y comenzó a explorar la habitación mientras caminaba con lentitud para apreciar con detalle las decoraciones, pero incluso cuando creía que nada podía ser mejor que la ventana gigante... Su mirada se centró en aquel estante, el cual mostraba las mencionadas medallas y los retratos llamativos que adornaban los bordes con oro.
Tomó con cuidado uno de estos para observar la fotografía, en está se veía a Soobin junto a un chico, ambos sonriendo, tal vez siendo felices por estar juntos, o al menos eso fue lo que interpretó Beomgyu.
— Soobin se ve lindo sonriendo. — Pensó mientras una sonrisa comenzaba a aparecer en su rostro.
Pero había alguien que lo miraba y no estaba contento, Soobin arrebató fuertemente el retrato de sus manos y lo escondió detrás de el. Cualquiera que lo viera así podía jurar que estaba enojado... Pero Beomgyu vió más de eso, vió una tristeza que también lo podría pobre triste a él.
—¿Qué haces? ¿Por qué mierda tocas mis cosas?— El alto mostró su molestia por lo que acababa de suceder, odiaba recordar cuando era feliz junto a aquel chico que ahora mismo le había robado todas sus oportunidades.
— Tenía curiosidad, lo siento.
Y es que Dongyul era un tema serio para los Choi, nadie podía mencionar ese nombre sin que la familia se tensará, porque todos estaban involucrados en aquel accidente que marcó de por vida al pobre Soobin.
