Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18

• Por última vez •

Ella no podía creerlo.

Simplemente no podía.

Pero mientras la pelirrosa estaba sorprendida, su novia miró la escena orgullosa de si misma.

- Lo sabía... -susurró Cheryl.

A su puerta había llegado otra macabra cinta de horas y horas de grabación de la gran mansión Tornhill... Pero lo realmente interesante fue el final de esta.

Era la grabación del beso que Betty y Archie se habían dado en aquel viejo garage.

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Al día siguiente ya era el día del baile. Todos los estudiantes estaban emocionados y listos para disfrutar.

Por supuesto, Cheryl y Toni no eran la excepción, quienes entraron tomadas de la mano luciendo hermosas en sus vestidos.

Cheryl, sintiéndose realmente culpable, vió a Archie bailando con Verónica demostrando falso o tal vez, confundido amor.

Veronica estaba sonriendo enamorada mirando a su novio fijamente.

Y ahí lo supo: ella tenía que decirle lo que había visto. Tendría que revelarle la verdad, despues de todo eran buenas amigas y sabía que, aunque le doliera, era lo mejor.

En la noche, Veronica estaba en el pembrooke cuando escuchó dos toques en su puerta. Al abrir, sonrio de lado al ver a su amiga pelirroja.

- Cher. -sonrió de lado. - ¿Necesitas algo?

- Debo decirte algo... Es importante. -admitió la pelirroja.

Veronica asintió confundida y se hizo permitiéndole entrar, y luego de unos minutos debatiéndose... Cheryl le contó todo.

- Llegó otra cinta de Tornhill. -la pelirroja rompió el silencio.

- ¿Otra?

- Hora y horas de grabación de mi casa, pero... Esta vez había algo distinto al final.

- ¿Qué? -preguntó Veronica confundida.

Cheryl evitó mirarla a los ojos mientras sacaba la cinta de su bolso.

- Solo... Míralo tu misma. -se la tendió.

Verónica la puso, y luego de adelantar todas las horas de grabación, se sorprendió al ver el final. Abrió la boca y sus ojos se cristalizaron ante la escena.

- ¿Por qué? -preguntó en un murmuro entrecortado.

Cheryl no pudo hacer más que abrazarla y consolarla esa noche.

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Al día siguiente Jughead llegó con los ojos cristalizados a su casa luego de hablar con Veronica en Pop's de... Ya saben qué.

Subió las escaleras y entró a la habitación de la rubia tirando su icónico gorro por algún lado. Se sentó en la cama contra la cabecera con su mirada perdida. Limpió sus lágrimas, pero aun se notaba la tristeza en su mirada.

Unos minutos despues entró la rubia vestida con un pijama y cerró la puerta tras ella. Al ver a su novio sollozar, se acercó preocupada y confundida.