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Ouch. Fue mi primer pensamiento cuando desperté. Ouch, y después: Querido Dios, esto realmente duele.

Gemí, y la simple acción solo hizo que me doliera aún más la garganta. Rápidamente cerré los labios, deteniendo el esfuerzo.

—¡Estás despierto!

Abrí los ojos para ver a Jimin levantándose de una silla a mi lado. Mi mirada se desvió alrededor de mi cama de... ¿hospital?

—¿Dónde estoy? —pregunté con una voz tan áspera como papel de lija. Hice una mueca y él agarró un vaso de agua y lo acercó a mis labios. Bebí profundamente, dejando que el agua fluyera a través de mi lengua y mi seca garganta mientras él respondía.

—En la sala de emergencias

—Las niñas...

—Están bien. Están con sus padres. La casa se ha ido. Algún tipo de cableado defectuoso en la cocina. Casa antigua. Tenemos suerte de que no ocurrió cuando los Kang estaban en la cama. Podrían no haber salido.

Mi cabeza se sentía como si pesara dos toneladas, pero la levanté para mirarme a mí mismo. El movimiento me hizo tomar conciencia de los tubos que desembocaban en mi nariz. Extendí la mano para tocarlos.

—Son para darte oxígeno. No te metas con eso. Tenían una completa máscara de oxígeno sobre ti antes. Dijeron que necesitas mantener los tubos por un tiempo para ayudar a tus pulmones a recuperarse.

Mi mano cayó. Lamí mis labios secos y luché con mi garganta para tragar. Cogió el vaso de nuevo y lo extendió alrededor del protector de la cama. Tomé un sorbo y se lo devolví. —Viniste. ¿Co-como lo supiste?

—Escuché la alarma por el camino. Y entonces vi el humo negro en el cielo. No sabía que estabas allí hasta que encontré a las niñas en el patio. —Apretó la mandíbula. Un músculo se contrajo en su mejilla. Sus ojos brillaron hacia mí—. ¿Volviste por un perro? ¿En qué demonios pensabas? ¡Podrías haber muerto, Jungkook! Vi a los paramédicos trabajando en ti y... pensé... —Se detuvo, su voz ahogada. Nunca lo había visto así. Ni siquiera cuando me habló de su madre. Ni siquiera cuando su padre se presentó e hizo una escena en Mulvaney's.

Mantuve el silencio, dejando que me gritara. Me lo merecía. Por esta noche y más. Agachó la cabeza, apoyando la frente en el protector de la cama como si necesitara un momento para serenarse y contenerse para no estrangularme. Extendí la mano y pasé mis dedos por su cabello.

Levantó la cabeza. Sus ojos brillaron con humedad y su voz era tranquila mientras continuaba—: Pensé que te habías ido, Jungkook. Fue bastante malo perderte la primera vez, ¿pero perderte de esta forma? No podría haber tratado con eso.

Me atraganté con un sollozo. Eso desgarró mi devastada garganta, pero no pude haberlo detenido ni aunque lo intentara. Otro ronco sollozo lo siguió. —Eres la razón por la que estoy vivo. Te escuché y eso me hizo luchar. Estabas allí, en algún lugar, y yo lo sabía. Tenía que llegar a ti.

Alargó la mano hacia mi cara y entonces me di cuenta de sus manos vendadas.

—¡Jimin! -—Las tomé gentilmente entre mis manos. Mis ojos volaron a su cara—. Esto es por salvarme.

—Son solo quemaduras leves. De cuando levanté el reloj. Voy a estar bien.

Parpadeé largo y duro antes de abrir los ojos para mirarlo. —Dios, podríamos haber muerto esta noche. Pudo haber terminado así. —Un sollozo brotó en la parte posterior de mi garganta. Tragué y humedecí mis labios—. Entiendo lo que querías decir ahora. La mierda mala pasa. Pensé que eligiendo a Yugyeom... estaba siendo inteligente. —Negué con la cabeza—. Sin embargo, mis opciones seguras no importaron esta noche, ¿no?

𝐅𝐨𝐫𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 | 𝐉𝐢𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora