III. Tu equipo te necesita

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑶𝒍𝒊𝒗𝒆𝒓:

- ¿Tienen un nuevo buscador? - Pregunté. No había levantado a todos temprano para que venga Marcus Flint con una nota de Snape y me arrebate el entrenamiento - ¿Quién es? - Detrás de seis corpulentos jugadores, apareció un séptimo,más pequeño, que sonreía con su cara pálida y afilada.

- ¿Tú no eres el hijo de Lucius Malfoy? - Preguntó Fred, mirando al niño.

- Es curioso que menciones al padre de Malfoy - Dijo Flint, mientras el conjunto de Slytherin sonreía aún más -. Déjame que te enseñe el generoso regalo que ha hecho al equipo de Slytherin - Los siete presentaron sus escobas. Siete mangos muy pulidos, completamente nuevos, y siete placas de oro que decían «Nimbus 2.001» brillaron ante nuestras narices. Miré sorprendido y a la vez preocupado aquellas maravillas -. Ultimísimo modelo, salió el mes pasado. Creo que deja muy atrás la vieja serie 2.000. En cuanto a las viejas Barredoras - Sonrió mirando con desprecio a Fred y George, que sujetaban sendas Barredora 5 -, será mejor que las utilicéis para borrar la pizarra - Todos nos manteníamos callados. ¡¿Que podíamos decir?! Eran unas Nimbus 2001, las mas rápidas en todo el campo. Dos niños cruzaron el césped para enterarse de qué pasaba.

- ¿Qué ha ocurrido? - Preguntó el hermano de los gemelos - ¿Por qué no juegan? ¿Y qué está haciendo ese aquí? - Miraba a Malfoy con desprecio.

- Soy el nuevo buscador de Slytherin, Weasley - Dijo el niño rubio, con petulancia -. Estamos admirando las escobas que mi padre ha comprado para todo el equipo - El niño Weasley miró boquiabierto las siete soberbias escobas que tenía delante -. Son buenas, ¿eh?  Pero quizás el equipo de Gryffindor pueda conseguir oro y comprar también escobas nuevas. Pueden subastar las Barredora 5. Cualquier museo las querría - El equipo de Slytherin estalló de risa. Mi vena estaba comenzando a estallar de la ira.

- En el equipo de Gryffindor nadie compra su puesto - Dijo la niña que acompañaba al pequeño Weasley - Lo ganan por su talento - Malfoy borró su sonrisa.

- Nadie pidió tu opinión, sangre sucia inmunda - ¡Eso fue el colmo! ¡Hasta aquí mi paciencia! Flint tuvo que ponerse rápidamente delante de Malfoy para evitar que Fred y George saltaran sobre él. Mateo gritó «¡Cómo te atreves!» y casi salta junto con los gemelos para golpear al niño, y el pequeño Weasley se metió la mano en la túnica y sacó su varita.

- ¡Pagarás por eso, Malfoy! ¡Traga caracoles! - Un estruendo resonó en todo el estadio, y del extremo roto de la varita de Ron surgió un rayo de luz verde que, dándole en el estómago, lo derribó sobre el césped.

- ¡Ron! ¡Ron! ¿Estás bien? - Corrió la niña. Este abrió la boca para decir algo, pero no salió ninguna palabra. Por el contrario, emitió un tremendo eructo y le salieron de la boca varias babosas que cayeron en el suelo. El equipo de Slytherin se reía a carcajadas. Nosotros rodeamos al niño, que seguía vomitando babosas grandes y brillantes. Nadie se atrevía a tocarlo.

- Lo mejor es que lo llevemos a la cabaña de Hagrid, que está más cerca - Dijo Harry a la niña, quien asintió y entre los dos cogieron al pequeño Weasley por los brazos. Una vez lejos quede frente a frente con Marcus Flint.

- ¡Escucha una cosa y escuchala bien! - Lo amenacé con un dedo en alto - Controla a tu buscador o de lo contrario ninguna Nimbus 2001 me detendrá cuando golpee tu asquerosa cara - Me alejé adentrándome en el bosque para volver al castillo, pero antes de desaparecer de su vista grité una ultima cosa - ¡Ah! Y ni sueñes con ganar este año Flint, no te lo permitiré - Nuevamente caminé hacia el castillo, desapareciendo del todo.

- ¿Y ahora? ¿Que hacemos? - Preguntó Angelina cuando llegamos a la puerta del colegio, allí nos detuvimos para hablar entre todos.

- Vayan a dormir, mañana a primera hora los quiero despiertos para entrenar lo que no pudimos hoy - Los gemelos suspiraron en agradecimiento y corrieron a sus habitaciones para dormir, Angelina y Katie los siguieron y por último Mateo me sonrió de lado sin emitir ningún ruido y también se dirigió a la sala común.

Yo también estaba cansado pero aún tenia la adrenalina de comenzar a entrenar por lo tanto no podría dormir. Caminé hacia el Gran Comedor, este estaba prácticamente vació exceptuando por algunas personas. Me senté y comencé a desayunar. A los pocos minutos sentí como alguien tapaba mis ojos con sus manos.

- Adivina quien soy - La voz era de Adhara, sonreí instantáneamente.

- ¿Alguna pista? - Le seguí el juego.

- La mujer mas hermosa de este planeta - Concuerdo contigo.

- No creo que exista una mujer tan hermosa - Quitó sus manos, giré mi cabeza para verla y me envió una mirada indignada - Ah, mira, si existe - Sonrió aunque al ver sus labios pude notar que se los mordía intentado seguir seria, aunque no tuvo éxito. Se sentó a mi lado para desayunar.

- ¿Y las prácticas? Me dirigía para allí cuando vi a Fred Weasley durmiendo a dos metros de tu sala común - Suspiré desanimado.

- Marcus Flint encontró un nuevo buscador que les compró escobas nuevas a todo el equipo - Mis ánimos estaban bajos, a pesar de todo el esfuerzo era difícil competir contra esas maravillas (Las escobas, no los jugadores).

- ¿Quién es el nuevo? - Preguntó con curiosidad mientras comenzaba a comer su desayuno.

- Draco Malfoy, va al mismo año que Harry Potter.

- ¡Ah! El rubio con gel que parece enamorado de Potter porque lo persigue a todas partes - Asentí con la cabeza distraídamente - Te daría ánimos pero ellos son de mi casa - La miré con los ojos entre cerrados y frunciendo el ceño - Es broma - Rió abiertamente. Yo volví a mirar mi comida, sin gracia.

- A veces siento que no soy lo suficientemente bueno. No sé si soy un buen capitán para el equipo - Sentí su mirada sobre mí, pocas veces dejaba ver mis inseguridades con los demás. Ser capitán es un trabajo muy duro y la verdad es que me sentía agotado. El Quidditch era una de las pocas cosas que me importaba realmente, y si lo hacía mal entonces significaba que no servía para nada.

- Eres el mejor capitán que ellos pueden tener, Wood. ¿Por qué crees que te busque a ti para que me enseñaras? - Adhara tomó mi mano y la acarició suavemente.

- Por que Flint no te quiso enseñar y ya no tenías a nadie más.

- Bueno... También, pero eso no cuenta por que en esos tiempos yo no sabia lo bueno que eras jugando - Reí abiertamente, negando con la cabeza.

- Pero tu metiste el tema del pasado.

- Olvídalo, el punto es que no te desanimes, tu equipo te necesita - Le sonreí levemente. ¡Por Merlín, Adhara! ¿Como es que me enamoras cada día un poco más? - Y ahora tienes que prepararte - Se levantó de forma decidida.

- ¿Para qué? - Pregunté confundido.

- Es hora de tener otra cita, te espero a las 17hs en la sala abandonada del segundo piso - Guiñó el ojo de forma coqueta.

- Te veo allí - Me sonrió una última vez y salió del Gran Comedor.

𝐀𝐧𝐲𝐰𝐚𝐲 │Oliver WoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora