Capítulo 21: Atrevimiento

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- Lluvia carmesí - Una lanzó sus cristales envueltos en llamas hacia Hisoka, quien logró esquivarlos dando un salto y elevándose por los aires. Creía firmemente que la chica no lograría alcanzarlo con sus ataques, pero se llevó la gran sorpresa de que, de un momento a otro, Una ya no se encontraba en el mismo sitio sino que estaba detrás de él mientras seguía en el aire.

Ella rodeó el cuerpo del hombre con sus brazos, casi uniendo sus labios y en un ágil movimiento caían de cabeza hacia el suelo. El pelirrojo trató de zafarse del agarre de Daidoji, pero no podía. Intentaba adherir su Bungee Gum en algún árbol para amortiguar el golpe.

Estaban muy cerca del suelo y el impacto sería grande por la velocidad en la que descendían. Esperó sentir el contacto contra el suelo, pero nunca lo sintió. Abrió sus ojos y su pequeña fruta se encontraba sobre él.

- ¿Eh? - miró a sus alrededores y notó que estaba acostado en el suelo, pero no observó daños en el lugar. La chica se rio al ver la expresión del arlequín y se levantó para retomar el camino a casa. Había encontrado un lugar muy amplio y bonito en el lago. Estaba rodeado de árboles y era un excelente lugar para entrenar.

Iba caminando cuando de la nada algo la jaló hacia atrás hasta chocar contra un pecho firme. Volteó a ver qué sucedía y un sonriente pelirrojo se lamía los labios mientras aprisionaba su cuerpo contra el de él.

- Buen movimiento, frutita. Admito que no lo vi venir, pero me excitó mucho - puso su nariz en el cuello de Una mientras inspiraba su olor.

- Ora, ora. Que interesante ataque, pero necesitas entrenar más si quieres perfeccionarla - comentó Illumi interrumpiendo a Hisoka.

- Lo sé. Apenas comienzo a tolerar el poder que conlleva ejecutar la técnica - Una luchaba para liberarse del agarre de Morow, pero nada funcionaba. Se le ocurrió intentar algo, concentró su nen en las palmas de sus manos liberando ese poder oculto que hervía en su sangre y lo manifestó en llamas.

Hisoka apartó sus brazos de ella, ya que el fuego lo estaba quemando. Observó las quemaduras y le sonrió provocativamente a Una.

- Niña traviesa - le guiñó un ojo mientras la chica apartaba su mirada de la de él.

- Sumimasen - un leve sonrojo se formaba en sus mejillas. - Prometo que al llegar a casa curaré tus heridas - dijo en un tono de disculpa.

- Ok - respondió ante la promesa de su pequeña fruta.

Una vez terminó de atender las heridas que le había hecho al arlequín se dirigió a la cocina a preparar la cena. En estas últimas semanas ha estado experimentando y entrenando su nuevo poder. Por lo que se le ocurrió encender la estufa con su habilidad, una llama apareció en su dedo índice, pero de repente su sistema colapsó.

Illumi llegó a tiempo para evitar que cayera al suelo. Desde que empezó a manifestar su nueva habilidad la ha estado observando más de cerca. La tomó en brazos y la llevó a su habitación. La dejó en cama mientras él se sentaba cerca de la ventana.

- Pronto llegará el día en que mis sospechas se confirmen. Por fin podré saber si ella es su nuevo recipiente -

Se quedó con ella, ya que era su turno de cuidarla. Pasaron unos cuantos minutos hasta que recobró la consciencia. Posó esos ojos cafés en los ojos negros del chico. Se incorporó hasta quedar sentada. Un gran silencio reinaba en aquella habitación.

Una decidió salir de la cama y acercarse a Illumi hasta quedar enfrente de él. El azabache sólo observaba cada movimiento que ella hacía. La chica decidió sentarse sobre el regazo de Zoldyck, situando cada una de sus piernas al lado de él y clavando su mirada que ardía con aquel fuego místico.

Acercó sus labios a la oreja del hombre y mordió levemente el lóbulo de su oreja. Prosiguió a descender a su cuello mientras dejaba besos que quemaban la blanca piel del chico. Él no podía mover su cuerpo, ya que lo tomó por sorpresa aquello que la joven hacía.

Ella unió su mirada a la de él mientras trazaba el labio inferior con su dedo índice. Posó sus labios ardientes en aquellos labios fríos que probaba por primera vez. El beso tomaba mayor fuerza al paso de los minutos, ella frotaba su entrepierna sobre el pantalón del chico.

- No tengas miedo. No muerdo - le dijo con lascivia mientras tomaba las manos de Illumi y las posaba sobre sus caderas. Él miraba con asombro a la diosa que tenía encima y aún no podía creer lo que estaba pasando. Aquél fuego que ardía en sus ojos era hermoso y lo hipnotizaba a tal punto que no se dio cuenta que Hisoka observaba la escena con sumo interés.

- ¿Te quedarás ahí parado o te unirás? - interrogó Una dirigiendo su mirada a la puerta donde se encontraba Morow. Este amplió su sonrisa mientras entraba a la pieza. Illumi salió de su trance al darse cuenta de la presencia del pelirrojo en la habitación.

Una percibió lo tenso que se había puesto Zoldyck así que se levantó de su regazo sin decir nada y se dirigió al baño. Chrollo entró a la habitación e interrogó con la mirada a los dos hombres que se encontraban ahí.

- Al parecer nuestro ménage à trois se pospone - dijo con tristeza el de ojos ámbar.

- ¿Ah? - pronunció Illumi haciéndose el desentendido.

- Les quiero preguntar algo a los dos - ambos chicos pusieron su atención en el de ojos grises. - ¿Han observado un fuego en los ojos de Una? -

- Hai - respondieron ambos al mismo tiempo.

Daidoji salió del baño y notó que todos estaban reunidos, pero lo que la ponía más nerviosa era que los tres hombres fijaban sus miradas en ella.

- ¿Qué sucede? - preguntó la chica.

- Cambio de planes mi pequeña fruta, hoy habrá un gang bang - Chrollo le dedicó una mirada asesina a Hisoka por lo que dijo.

- Ya pueden retirarse - ordenó Lucilfer mientras Hisoka suspiraba con tristeza. - Daijoubu, no es nada - le respondió el azabache a la castaña. Ella no le creía del todo, pero asintió y se dirigió a la ventana a observar el lago nocturno que reflejaba las estrellas que adornaban el cielo.

Al día siguiente, un visitante llegó a la casa del lago. El azabache de cabello medio largo, cuya mirada frívola observaba con cuidado sus alrededores, se dirigía a la puerta de entrada de la casa.

- Te estaba esperando - Chrollo lo recibió mientras se hacía a un lado para que el chico entrara.

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