Capitulo 47: Encuentros nocturnos.

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Nina sabía de lo mucho que a todos les gustaban las fiestas de bienvenida, y también estaba segura de que la estaría esperando una cuando llegase al palacio, a dónde Rob le había adelantado que la llevaría.

Y no se equivocó, lo que podría decirse todo el mundo estaba allí. Su familia, sus amigos, incluso Walden había sido invitado.

Ni siquiera eso la sorprendió tanto como el hecho de que esa noche, todo transcurrió sin problemas mayores. No hubo ataques, ni heridos y mucho menos, muertes. Y fue todo un logro, pensó antes de acostarse esa noche, los ingredientes para el desastre habían estado allí, puestos sobre la mesa.

Ella se había mantenido informada sobre todo lo que ocurría. Las muchachas eran muy comunicativas, Lexi en especial podía pasarse horas contándole las últimas noticias y Dina hacía otro tanto. Brad solía interesarse más por ella y hablarle un poco sobre sus últimas conquistas.

Pero con la que más hablaba, obviando a Robert, era con Charlie. A Nina le encantaba escuchar sobre las idas y venidas de su amiga con el señor Nash. Max, quién hacia meses que no daba señales de vida. Lo que era muy extraño, ¿por qué se perdería de esa forma? Frankie aseguraba que estaba bien, solo que muy ocupado, pero entonces ¿por qué no aparecía ni llamaba?

Ellos eran una pareja bastante dispareja. En el tiempo en que él había estado en la ciudad y a veces dando vueltas por el palacio con su nuevo trabajo, ellos dos se habían estado viendo a escondidas, lo que no les había resultado nada fácil. No entendía las razones para no anunciarlo ante todos y dejar de ocultarse. Después de todo, el rey y la reina jamás se opondrían, ellos querían que sus hijos fuesen felices y Char definitivamente lo era al lado de Max.  Y él era una buena persona, que no dejaba de demostrarlo con cada acto.

En fin, estaba ansiosa por verlos juntos. Le daba curiosidad la imagen de Charlie enamorada, no tenía ni idea de cómo se vería junto a él, como actuaría. Sin dudas, sería algo interesante de ver.

Se sentó en la cama y suspiró, frustrada. Su primera noche allí le habría gustado mucho pasarla con Rob. Tanto tiempo sin verlo... Era en lo único que había podido pensar durante toda la fiesta, y luego su padre había decidido que esa noche ella debía de estar en su casa, en su cama. Lo había dicho en voz bastante alta cerca de muchas personas y no le había quedado más opción que aceptar.

No podía negarle eso a su padre, también los había extrañado mucho a ellos. Pero de todas formas, no podía dejar de pensar en  que su presencia allí esa noche no tenía mucha importancia. Ahora todos se había marchado a la cama y ella estaba sola en el cuarto.

Se levantó de nuevo y caminó hasta el tocador donde había dejado el teléfono. Rob y ella había creado un ritual cuando estaba en Oxford, se hablaban todas las noches antes de dormir. No importaba si el día había resultado pesado y estaban demasiado cansados, las conversaciones podían durar una hora o cinco minutos, pero nunca faltaban. Se sentía extraña y pensó que quizá se debía a que le faltaba eso antes de concebir el sueño.

Marcó su número y esperó mientras sonaba.

El contestador saltó antes de que Rob atendiera.

Con la frente arrugada regresó a la cama y se llevó el celular consigo. Estuvo a punto de dejarlo y esperar a que él le devolviera la llamada, pero se dijo que podía intentarlo de nuevo.

Y tampoco dio resultado.

Esa no era su noche, para nada.

Se hundió en la cama y se cubrió con la colcha hasta la cabeza. No era una noche especialmente fría, pero tampoco se sentía muy cálida.

Cerró los ojos y se reacomodo en el colchón. Hizo lo mismo más de una decena de veces y estaba en eso mismo cuando unos ruidos extraños la sobresaltaron.

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora