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𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:
Después de que Harry y Hermione salvaran con el giratiempo a Sirius mientras que yo me quedaba con Ron en la enfermería, los últimos días de clases estuvimos disfrutando nuestro tiempo juntos. Por otro lado, de vez en cuando agarraba mi comida del mediodía y me juntaba con Cedric lejos de todos para que charláramos y nos contáramos las novedades. Cuando fue la hora de volver a casa prometimos escribirnos y así fue...
Habían pasado dos meses en el que recibía cartas de Ron, Hermione y Harry, charlando de su día a día y compartiendo experiencias que se iban dando durante las vacaciones. También recibía carta de Cedric sin embargo a él no le gustaba mucho hablar por escrito por lo tanto me venia a visitar cada vez que podía, y paseábamos por las calles disfrutando de helados muggles. Mi afinidad con él se había vuelto mas grande y mis mariposas comenzaban a revolotear con solo nombrarlo. Varias veces había pensado en pedirle ser novios, sin embargo esperaba que él me lo pidiera ya que después de su show musical en la escuela seguro pensaría en algo bonito para los dos. Al final de cuentas ambos sabíamos que el mas romántico solía ser Cedric
En fin, mientras desayunaba pensaba en lo poco que faltaba para comenzar las clases, y de lo ansiosa que estaba por ver a mis amigos otra vez. Los extrañaba mas que a nada y contaba los días para, por lo menos, reencontrarse en el callejón diagon mientras comprabamos los nuevos materiales del cuarto curso
- ¿Desea algo mas, señorita Leila? - Preguntó Gubert nuestro elfo domestico, aunque lo tratábamos como familia y mama lo cuidaba incluso mas que a mi
- No Gubert, gracias, dejaré mi taza en la cocina - Él asintió y se retiro del comedor, donde desayunaba sola debido a que mis padres se encontraban en el salón viendo una película por el televisor muggle
A pesar de ser una familia mágica amábamos combinar nuestros artefactos muggles con nuestra magia, por ejemplo mi padre había usado un "Engorgio" para agrandar el tamaño de la pantalla del televisor. Mi madre se enojaba cada vez que hacia algo por el estilo ya que era ilegal, sin embargo eran actos menores por lo tanto el ministerio nunca se daba cuenta. El padre de Ron, Arthur, era el que se encargaba del uso incorrecto de los artefactos muggles y mas de una vez había visitado nuestra casa. Pocas veces se llevaba algo pero siempre se quedaba impresionado con el uso (correcto) que le dábamos a los objetos, tanto así que mi padre le regalo una lapicera y el colorado casi se desmaya al ver que no necesitábamos un tintero
Volviendo al principio, me levanté de la mesa, dejé mi taza para lavar y subí a mi habitación para quitarme el pijama y ponerme ropa decente, hoy vendría Cedric y quería estar lista para recibirlo. Al terminar de cambiarme me peine y acto seguido ordené mi habitación dejándola en perfecto estado. Mi cuarto combinaba tres colores, el azul, el blanco y el negro. Tenía posters de "Las brujas de Mcbeth" pegados en las paredes junto con algunas luces de colores. Encima de mi escritorio algunas fotos familiares estaban enmarcadas y las cartas que había recibido las guardaba en un cajon como recuerdo. También una bandera con el símbolo de Ravenclaw colgaba en mi puerta y se movía ligeramente cuando abría mis ventanas. Miraba orgullosa mi cuarto ya que estaba perfectamente ordenado como yo quería, con los libros de mi librería ordenados de mayor a menor y dividiendo los estantes por los géneros de la literatura. También la manta de mi cama estaba estirada de modo que no quedase ni un pliegue, y las almohadas estaban colocadas simétricamente sobre las sabanas
Cuando terminé de disfrutar la dulce perfección de mi cuarto salí dirigiéndome a la biblioteca que teníamos en casa. Según Ron, quien había venido mas de una vez junto con su padre, era la habitación mas aburrida de la casa. Era silenciosa y con un olor a madera y paginas viejas. Tenia una librería gigante que llenaba toda una pared de la habitación. Estaba repleta de libros, ya sean antiguos o nuevos, mágicos o muggles, en español o en ingles, allí podías encontrar de todo. Yo no estaba de acuerdo con Ron, ese espacio era mi favorito, leer es sumergirse en un mundo desconocido que te deja jugar con la imaginación, y yo podía pasar horas disfrutando del suave aroma a la tapa dura de un nuevo libro
Finalmente terminé los últimos capítulos de el libro que leía en ese momento, al final hubo un plot twist que me dejo delirando y me gusto como se desarrollo el enemies to lovers. Satisfecha me levanté del sillón y salí de la habitación. En el pasillo me encontré con Gubert quien cargaba una caja de cartón grande y que parecía pesada
- Déjame ayudarte - Dije y agarré la caja entre mis manos, era bastante pesada y sentía mas de un objeto dentro de ella
- Oh, no es necesario señorita, puedo solo - Dijo con una sonrisa
- En la vida uno no puede hacer todo solo, no esta mal pedir ayuda - Dije y yo también le compartí una sonrisa
- Se lo agradezco mucho, señorita. Venga, hay que dejarla por aquí - Dijo caminando hacia una habitación al final del pasillo en donde guardábamos cosas que ya no necesitábamos. Lo acompañé y deje la caja en el suelo, después salimos de la habitación y volvimos al pasillo que divide el comedor del salón - ¿Necesita algo en lo que le pueda ser de ayuda? - Preguntó sacudiendo su ropa y quitándose el polvo
- ¿De casualidad sabe que hora es? - Pregunté
- Las quince con cincuenta y dos minutos, señorita - Dijo mirando un reloj de bolsillo que se encontraba sobre un estante, yo abrí los ojos como platos sorprendida
- ¡Por Merlín, llego tarde! Dile a mis padres que saldré un rato, si me buscan estoy con Cedric - Dije y corrí hacia la salida
