Extra 1: ¿Juntos?

62 8 20
                                    

¿Qué les puedo decir? Todo había sido un caos, les puedo jurar que intenté dar todo de mi cuando Gerard y yo pasamos por el aborto espontáneo, intenté y me esforcé hasta no dar más el ser un soporte para él, pero los problemas pudieron con ambos, además de que él tuvo la trágica coincidencia que su padre murió pocos meses después.

Lo habíamos intentado, recuerdo haber llorado juntos pensando que simplemente quizá no era nuestro momento para ser padres, intenté convencerme a mí mismo que las cosas ocurren por algo, pero tener que lidiar con mis emociones y además haber tenido que ser fuerte para Gerard me pasaron la cuenta y un día simplemente no pudimos más.

Él había retrocedido en su proceso de salir de sus deseos suicidas, de sus ataques con la ansiedad y de todas las cosas que de por si invadían su mente.

Creo fielmente en que lo intentó, pues yo mismo pude ver desde la primera fila cómo intentó hacer frente a las cosas e intentar superarlas.

Pero no funcionó y una noche volvió a atentar contra su vida.

Yo estaba destrozado, recuerdo haber recibido una llamada de Mikey diciéndome que Gee había vuelto a caer e inmediatamente supe que tenía que estar ahí con él, se lo había prometido.

Pensé que podríamos haber salido de esa, pero las cosas no marcharon bien para nosotros y el psiquiatra del hospital había recomendado que él fuese internado en la unidad por un tiempo indefinido.

Por primera vez había compartido tanto tiempo con Michael, ambos estábamos deshechos por ver a la persona que más podríamos amar en el estado en que estaba, nos destrozaba el corazón, pero también sabíamos que eso era lo mejor que podía suceder.

Tuvimos que separarnos de nuevo, y me sentí tan mal por haberle vuelto a romper una promesa a Gee...

Desde aquel día no había vuelto a verlo.

Sabía que, a pesar de que yo también quisiera tomar una pistola y volarme el cráneo, debía seguir con la vida, con la universidad y con todo lo que tuviera que llegar, sin perder las esperanzas en que algún día la vida nos volviese a juntar.

Fui aceptado en la Universidad de New York en su Facultad de Medicina, y desde el primer día me prometí que cada cosa que hiciera sería en pro de volver a tener una vida juntos.

Fue así como cada triunfo se lo dediqué a él, a sus ojos que lograron hipnotizarme desde el primer momento, a su alma que a pesar de haber estado dañada seguía siendo la más pura, y sobretodo al deseo de que algún día él estaría entre el público y podría mirarlo y dedicarle eternos discursos.

*

Estaba cercano a mis 24 años, pasando por mi internado de hospital, casi a punto de recibir mi título, había visto a mis amigos crecer y madurar.

Habían pasado cosas buenas, Pete había tenido los huevos para pedirle matrimonio a Patrick después de años de una relación a distancia que siempre parecía que se iba a hundir.

Estuve en la boda, había asistido con una de mis amigas del internado, y debo decir que fue una noche mágica para mis amigos.

Salgo en las fotografías, Patrick enmarcó una de ellas y está decorando su sala de estar junto a más fotos de esa noche.

*

Había pasado por muchas festividades solo, mis padres se habían divorciado y mi madre se había mudado a otra ciudad, la visitaba cuando podía pero de por sí yo no disponía de mucho tiempo libre.

Aún recuerdo mi primer cumpleaños completamente solo, a excepción de la compañía que mi perro me brindaba. Recuerdo que lloré por la nostalgia, por mi cabeza se habían atravesado todos los recuerdos de años anteriores, donde sin saberlo había sido feliz.

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora