Capítulo I: Chandelier

139 25 6
                                    

Derechos de Autor: Obviamente, los personajes de esta historia no son míos, sino que pertenecen a Kōhei Horikoshi, yo solo los tomo prestados para nuestra diversión.

Género: Ciencia ficción, romance, suspenso

Advertencias: Mención de prostitución.

Espero que les guste este capítulo!!

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Taikomochi. Es un término bastante antiguo, así como el término Geisha, y aún después de tantos años siguen significando lo mismo que era antaño. Por lo menos el primer término era menos conocido y, por lo tanto, menos pedido en aquel lugar. Desde los 12 años aprendíamos el oficio de Geisha, o Taikomochi en mi caso, el cual incluía aprender a bailar, cantar, tocar instrumentos y complacer. Complacer era lo básico y lo más sencillo, según Nezu, pues decía que era más fácil complacer a alguien en la cama que en otros aspectos. Pero de eso ya no me molestaba, ya lo ignoraba, había vendido mi alma al dichoso peliblanco y ahora me tocaba trabajar para él. Al menos ahora tenía un salario, desde los 12 a los 18 era, supuestamente, la paga por haberme acogido durante cuatro años.

Nezu era una rata miserable que seguía engatusando a más niñas, especialmente niñas, para someterlas a este martirio. Por suerte uno se adapta rápido, pero los primeros años fueron reamente duros. En ese momento comencé a fumar, comencé a beber de más, siendo aún un niño. Pero a medida que iba creciendo y acostumbrándome a este ritmo de vida mis dosis iban bajando. La ansiedad iba bajando a medida que mi cabeza se anestesiaba, a medida que aceptaba la situación y me deshacía de los principios que alguna vez hubiera sentido. Junto a mí se hundían las demás chicas. Nos volvimos los más codiciados, teníamos los clientes más caros y exóticos, aquellos que venían de Aurum pagaban fortunas por estar con nosotros. Fiestas privadas, shows privados, noches de alcoba, tríos, orgías... Y nos pagaban muy bien, aun dejándole buenas ganancias a la rata almizclera.

Éramos los más codiciados, nos decían la Élite de Nezu, aunque era un título puesto por nuestras mismas compañeras de trabajo, algunas por envidia y otras porque sí. La envidia venía del confort que podíamos darnos. Cada vez parecíamos más empleados contratados por Nezu que prostitutos, pero a grandes rasgos habíamos logrado una convivencia armónica entre nuestra situación real y legal. Aún dormíamos en el mismo edificio, sólo que teníamos cada uno un departamento completamente equipado. Teníamos derecho a tener un medio de transporte para movernos libremente por la ciudad, pero no podíamos desaparecer por más de una noche y un día, cuando teníamos noche libre vale aclarar, ni salir de Halb solos, sólo con la compañía de Nezu o su mano derecha, Shota Aizawa.

De esta manera es que me he mantenido en esto por más de 12 años. Con 24 años cumplidos y más carrera sexual que muchos de allí, aún me faltaban muchos años para ser descartado. Todos en este lugar tenemos sobrenombres que nos identifican como "geishas", por lo que nuestros clientes sólo conocen nuestros pseudónimos, el mío es Hawks.

Los de la Elite de Nezu somos pocos, de las cuales soy el menor. La mayor es Nemuri Kayama, mejor conocida como Midnight, de carácter fuerte y decidido, es la más experimentada de todas. Le sigue Ryuko Tatsuma, conocida como Draco, seria y tranquila, dicen que sus clientes le halagan su resistencia y su dominancia, la verdad es que ella, y Nemuri, son dos mujeres con las que no me gustaría estar enemistado. Luego Rumi Usagiyama, conocida como Mirko, es una de mis mejores amigas desde que llegué a aquí, ella es quien más me ha ayudado y de las que tienen mejores movimientos de baile. Yu Takeyama llegó al mismo tiempo que yo y, aunque ella debutó antes, ahora ambos somos parte de esta asquerosa Élite, su sobrenombre es Mt. Lady, pero no pienso preguntarle porqué. Finalmente, vengo yo, Keigo Takami, el único Taikomochi bajo la jurisdicción de Nezu.

TaikomochiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora