Tampones Para Louis [l.s]

Capítulo 2

Harry y Louis estaban sentados en el sofá. Bueno, más bien, Louis estaba tumbado y el Alfa estaba sentado en la esquina. Harry dibujaba patrones sin sentido en los pequeños pies de Louis y besaba la planta de su pie a veces. Louis rodaba los ojos y se mordía el labio inferior por las cosquillas mientras veía la telenovela.

"¡Tengo ganas de morirme!" se lamentó Louis de nuevo, llevándose las manos a la cara y frotando su rostro con frustración. Harry lo miró atento, su Alfa Superior siempre estaba atento a Louis y sus necesidades.

"¿Por qué, cariño?"

"Se me olvidó que me llegaba el celo, ¿Cómo pude olvidarlo? Mierda, seguro que mi madre me saltaría con 'Siempre debes apuntar tu celo en un calendario pequeñito, William'" protestó, imitando una voz aguda, Harry asintió, no entendiendo muy bien la situación de Louis. Porque, gracias a Dios, él nació para ser un Alfa.

"¿No puedes tomar algo que alivie tu dolor además del sexo?" Harry antes le había sugerido a Louis ir a la cama, pero Louis justificó que estaba agotado y estaba mejor en el sofá calentito. Harry se deprimió, hoy no era día de sexo salvaje, lástima.

Un puchero se hizo en los labios de Louis, gimió derrotado.

"Se me acabaron los tampones, y mi té para los calambres en mi estómago también" protestó, agarró un cojín y se lo puso en la cara, gruñendo "Ahógame Hazza, te lo pido" suplicó. 

"No a no ser que sea cuando hacemos el amor, Lou, lo siento" jugueteó con su pie, divertido. Louis le dio una patada en el costado, Harry siseó una maldición.

"Alfa sin huevos" fanfarroneó Louis, su voz amortiguada por el cojín.

De repente, Louis se quitó el cojín y se sentó sobre sus tobillos, sus ojos iluminados y con una sonrisa resplandeciente. Harry encarnó una ceja.

"¿A qué viene esa sonrisa repentina, que estás tramando?"

"Hazza, por favor," comenzó Louis, y Harry sabía que algo iba a salir mal de todo eso "Alfa Superior mío, compañero de mi vida, mi sol, mi luna, mi estrella, mi todo.."

"¿Qué quieres, Louis?"

La sonrisa se agrandó en la cara de Louis.

"¿Puedes ir a la tienda para Omegas y comprar todo lo que necesito, por fa?" suplicó, Harry abrió los ojos horrorizados "¡Venga, cariño, por favor!"

"¿Qué? No, Louis, jodidamente no. ¿Estás loco? ¡No puedo ir a una tienda de Omegas y comprar tampones!" exclamó con obviedad, nervioso y algo avergonzado.

"Oh, ¿pero si puedes ir a una Sexshop de Omegas para comprar bragas para mí?" Louis rodó los ojos.

"Louis, sé razonable" Harry murmuró, masajeando sus sienes.

"¡Claro, ahora estoy hinchado y apesto a lubricante y ya no me quieres!" exclamó, sensible y afectado "¡Bueno, jódete Harry!"

"Sol.."

"No, déjame. Púdrete o ahógate en un río, pero lo haces fuera que no pienso arrastrar tu gordo cadáver" masculló, negándose a mirarlo. Harry suspiró.

"Lou, sol, tengo una imagen que mantener" el Omega abrió los ojos como platos, mirándolo aún más ofendido "William, no empieces.."

"¿Disculpa? ¿Cuándo dices 'Tengo una imagen que mantener', te refieres a que no puedes ir a una jodida tienda a comprar lo que necesito?" Louis hizo las comillas, con bonitos anillos enroscando sus pequeños dedos "¿Es en serio?"

"Louis, es diferente"

"Cierto, lo es. Lo tuyo es ridículo, lo mío es mayor. Bueno, yo también tengo una imagen que mantener, ¿sabes? Trabajo para una maldita galería de arte, soy artista, ¿crees que sería agradable pintar con una jodida sandía de barriga cuando lleve a nuestros cachorros, Harold?"

Ahí estaba ese nombre, ese nombre que hacía que el Alfa Superior de Harry gruñera, porque Louis lo usaba cuando estaba furioso.

Habían hablado de tener cachorros, era lo que más ansiaba pero Louis lo hacía esperar. Harry odiaba esperar a veces.

"No saques ese tema, William"

"¿Ya no quieres que hablemos de mantener la imagen , Edward?"

"No es mi culpa que no quieras tener hijos conmigo porque no quieras engordar y no estás dispuesto a hacer el sacrificio de quedarte embarazado" gruñó, y fue demasiado tarde para cuando había procesado sus palabras.

Louis lo sacó de allí, lanzándole desde cojines, hasta el mando de la televisión. Llamándolo, en todo momento, 'Jodido Alfa Superior impresentable'.