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Capitulo 19

Habíamos llegado a la casa del lago después de 1 hora de camino, después de lo qué pasó comenzamos a hablar normal sin ninguna chispa de incomodidad, pero tenía un gran malestar en mi cabeza y estómago unos minutos después de que acabáramos. Lo ignore en todo el trayecto que faltaba para no preocupar a nadie. Miro la gran casa y sonrío, aquí pasamos navidades y algunas festividades importantes con nuestras familias.

flashbacks aparecen en mi cabeza.

Miro a Olivia colocar las esferas de navidad en el árbol, Nox juega con el tren que se supone que va dejando del árbol y yo solo miro lo que hacen, no alcanzo a colocar las esferas ya que ahora misma soy la más chica de las tres.

—¡Nox, deja eso!

—Cállate, déjame jugar.

Ruedo los ojos y me levanto, le quito a Nox el tren y se me viene encima.

—¡Ayuda! ¡Una loca esta arriba de mi! ¡Mamá!

Nuestras madres corren y nos miran como si estuviéramos locas, mi madre sonríe divertida y quita a Nox haciéndole cosquillas, me ayuda a levantarme y sonrío.

—¿Mamá, me das? —miro a Nox que mira la copa de su mamá.

—Tienes 7 años, cuando seas mayor tal vez.

Olivia va con su madre y le da la estrella para que ella la coloque, me mira unos segundos y me hace una seña para que me acerque, me carga y me deja poner la estrella.

—Morgan es una enana.

—Mira quien lo dice. —le respondo a Nox.

—Ya basta, niñas. ¿Por qué no salen a jugar?

La madre de Olivia me baja y salimos de la cabaña, Nox toma varias rocas y Olivia y yo retrocedemos, la última vez que jugamos con rocas, no salió bien, Nox golpeó a Olivia en la cabeza y sangró.

—Oye, Morgan. —miro a Olivia que mira fijamente a su padre. —¿Tu mamá ya no mencionó nada de tu papá?

—No, ya no volví a preguntarle desde la ultima vez.

—No es tan malo, Morgan, aveces yo quiero que solo seamos mamá y yo. —me dice, Nox. —Amo a mi papá, pero no hay mucha confianza como con mi mamá.

Vamos a la orilla del lago y Nox nos da varias rocas, las empezamos a lanzar y a ellas si le salían, mientras que a mí cada vez que la lanzaba no rebotaban, solo se hundían a la primera.

—Iré por agua.

Asienten y corro hasta entrar a la cabaña, miro a mi alrededor, todo sigue igual que la última vez que vine. Cuando me dirijo a la cocina, me quedo paralizada cuando escucho como mi madre, la de Nox y Olivia hablan.

—¿Cómo vas con el dinero?

—El gobierno me ayuda, estoy bien, por ahora.

—Sabes que puedes pedirnos, Regina, somos amigas desde secundaria, no lo vemos mal.

—Ya lo se, pero no quiero pedirles dinero, ya veré cómo resolverlo.

—¿Y lo otro?

—Ya mejoré.

—Regina. —me sobresalto con el tono que usó la mamá de Nox.