Capitulo 24

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Morgan

Ni si quiera puedo pensar con claridad, si mi madre estaba con el entrenador en quien sabe donde, si había la posibilidad de que una relación entre ellos surgiera. De solo pensar en que Ashton podría ser familia me dan escalofríos.  Ashton ni si quiera se mueve, me ve fijamente como si no creyera de lo que estoy diciendo, digo es lógico ¿no?, los entrenadores se van de viaje por "trabajo".

No puedo dejar de pensar en mi madre y el entrenador juntos...

Ashton y yo estamos avanzando y que mi madre y su padre intenten algo me jode.

El domingo que regresé a mi casa, tuve que ir con la nutrióloga para que me diera la dieta de la segunda semana, lamentablemente necesitaba comer mucho más. Lo estoy haciendo y esta funcionando solo que si mi mamá llega antes no se como reaccione al ver tantos kilos de más.

Fui a las terapias y a mi cita con la psicóloga y les conté la cosa que se me ocurrió hacer.

—¿Tú Crees?

—¿Es lo más lógico, no?

—¿Te suena lógico que nuestros padres estén en algún lugar del país juntos? —pregunta incrédulo

—No, pero no podemos hacer nada.

—Si, si podemos

—Si, Ashton, vamos a ir hasta donde están y espiarlos. —digo, con sarcasmo

Me ve con una sonrisa y niego. ¡Es una broma!

—¡Estas loco!, no vamos hacer eso.

—Solo necesitamos su ubicación.

—No, es su privacidad.

—¿Y?

—¿A ti te gustaría que tu padre te espira?

—No, pero es diferente.

—No hay nada diferente, Ashton.

—Si lo es, Es tú madre.

Ya lo sabía, no debía de recordármelo.

—¿Y?

Se despega de los casilleros y empieza a avanzar hacia mi, por inercia voy retrocediendo hasta topar con uno de los casilleros de enfrente. Esta muy cerca, su respiración choca con mi nariz, nuestros cuerpos aún tienen distancia y sus labios están a unos centímetros de los míos.

—Por que no te quiero como alguien de la familia.

Frunzo el ceño e intento apartarlo

—Te quiero como alguien de mi familia —capte el mensaje al instante y no hacia falta explicarlo. —Te lo dije cuando éramos niños, tú ibas hacer mi esposa. —siento sus labios en mi oído. —Lo voy a lograr Morgan.

—Serás mi esposa, tú y yo veremos los partidos juntos siempre.

—Ya te lo dije, somos muy chiquitos para eso.

—Pero para el amor no hay edad.

—¿Quien te dijo eso?

—Mi mami, dijo que cuando encontrara amor, no importaba cuantos años tuvieras.

—Bueno mi respuesta es NO.

—¿Por que? ¿No quieres ver los partidos conmigo?

—No.

—¿Segura?

—Bueno si...

—Señorita ella sera mi esposa. —le dice sonriente a la señorita que nos está cuidando en el cuarto de juegos del restaurante. —Promesa...

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