51. Oportunidad

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Antes de regresar a la secta XiFeng fue llevado devuelta a los aposentos de su abuelo para llevarse lo que le había encomendado, le preguntaron que era y él contestaba que eran libros que él mismo había escrito, ahora el debía cuidarlos.


—JingYi...


—Dame tiempo, ¿sí? —contestó el menor mientras su mano era sostenida por Sizhui —Feng aún necesita alguien que lo consuele.


—No quiero obligarte.


JingYi negó y apretó levemente su mano —Nos vemos.


Desde ese día XiFeng empezó a pasar más tiempo con su familia, Ren lo invitó a Yunmeng donde pudo conocer a su familia, de entre las historias la que más admiró fue la de Sandu-ShengShou, había pasado por cosas muy dolorosas, llegó a un punto donde lo había perdido todo pero aún así eso no impidió que recontruyera su secta el mismo a una corta edad y la vida lo había recompensado con una familia que lo quería.


El tío Zhuang, siempre poniendo en primer lugar a su secta y sus padres, eran personas que respetar.


Cada cierto tiempo iba al Receso de las Nubes a visitar a su bisabuelo, llegaba y se sentaba a su lado por horas, contándole de todo lo que hacía, como había empezado a escribir en sus libros.


Luego iba con sus abuelos, la primera vez que pasó el tiempo con ellos tocaron una canción que a la cual considero hermosa, podría pasar horas escuchándola, la curiosidad hizo que preguntara el nombre de la canción.


Ambos le contaron su historia, como se conocieron, lo que tuvieron que pasar antes de la campaña para derribar el sol, su tiempo como el temido Patriarca Yiling y como se le fue dado el título de HanGuang-Jun. Su reencuentro, los acontecimientos del templo Guanyin... quien diría que el abuelo de Kuanyin sería capaz de planear todo eso, lo bueno era que encontraron la manera de traer a Nie MingJue  de vuelta, ¿cómo? Nadie lo sabía.


Luego iría a preguntarle a su amigo. Ahora que lo pensaba eso explicaba porque el líder Nie Wu podía viajar con libertad durante los ataques, tener un gran estratega como Nie Huaisang y alguien experto en ataques como lo era Nie Mingjue, con mucha razón la secta estuvo en muy buenas manos.


Volviendo con la historia de sus abuelos, cuando terminaron él ya estaba llorando, la vida les dio una segunda oportunidad.


También cada que iba era recibido por el platillo especial de su abuelo Wei, ese congee que casi lo mata la primera vez que lo probó.


“—¿cómo te fue? —Preguntó su abuela al verlo llegar de su viaje.


—No siento mi boca, pero supongo que bien.”


No en esta vida Where stories live. Discover now