El juego de la vida

Tu Sabor

Ibuki se estaciono a una cuadra del café Champion, legosi había dejado de recibir llamadas de Louis desde hacía un rato

—Será mejor que regresen a la guarida— guardando su celular

—Y dejarte solo contra melón? Louis me mataría si lo hago—

—Seguramente está muy preocupado...— mientras bajaba sus orejas

—Y molesto— dijo Aoba mientras desviaba la mirada

Ibuki permaneció en silencio un momento, legosi parecía muy decaído, al parecer su cuerpo apenas sentía todo el poder del alcohol, debía concentrarse en la misión y preocuparse por Louis no ayudaría

—Aoba, ve a la guarida— ordenó el felino

—Eh!?— sorprendido mientras le dirigía la mirada

—Llegaras más rápido y así podré respaldar a legosi como el jefe pidió— confiado mientras miraba por el retrovisor

—Bien— mirando al lobo y dándole una palmada en el hombro —Cuidate mucho legosi—

—Estaré bien Aoba, te encargo a Louis— con ojos cristalino

Aoba le sonrió, ese comportamiento ya no le sorprendía para nada, su jefe le había admitido indirectamente que si estaban en una relación y esto no le presentaba ningún disgusto en realidad, él águila salió del auto y tomó vuelo, con forme se alejo, legosi retomo su determinación, se sentía mareado pero las palabras de Louis, la meta de vivir juntos fuera de los dominios del mercado, lo mantenían concentrado, ahora tenía una meta tan clara por la cual seguir con la misión lo mejor posible

—Estas bien?— mirando por el retrovisor

—Si...— saliendo del auto —Estaremos en contacto— en dirección al café

En el lugar lo esperaba Yahya, su expresión de molestia por esperar era muy evidente, ambos se presentaron ante el vendedor y legosi pidio un zumo rojo mezclado, el vendedor los guió a la parte trasera del local, una puerta muy discreta era la entrada a un tipo de sótano, bajaron unas escaleras mientras pasaron por algunas revisiones antes de poder entrar a los vestidores

Legosi miró entre todas las mascaras y encontró una de ciervo, la cual tomó sin dudar, una vez listo entró al salón donde se llevaba a cabo la fiesta de mascaras, podían ver a carnívoros disfrazados de herbívoros y viceversa, los aromas eran tan diversos que lo confundían por completo

—No te dejes llevar por el ambiente— dijo Yahya mientras se detenía junto al canino

—No hace falta que me lo digas— mirando de reojo —No es algo que me agrade— tapándose uno de sus oídos

—Será mejor que terminemos rápido con esto— mirando a su alrededor

—Como se supone que lo encontraremos?—

Yahya no respondió su pregunta, el rango de visión equina era de 350°, con ella podía buscar las características de melón, solo tenía que cubrir esos 10° restantes y era cuestión de tiempo para que pudieran dar con él

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Sentía un ligero cosquilleo en todo el cuerpo, su cabeza le daba vueltas mientras intentaba concentrarse, todo parecía estar en completo silencio, intentó moverse pero sus manos estaban atadas en su espalda, también sentía sujetados los tobillos, con algo de dificultad abrió sus ojos, sin poder ver con claridad, estaba tan desorbitado que comenzó a desesperarse

—Con que despertaste— caminando hacia él —No podía esperar más para jugar— riendo

—(Esperaba que fuera solo una pesadilla)— mareado