Capitulo 27

167K 12.1K 1.7K
                                    

Esto era una locura, teniendo en cuenta en que si nuestros padres nos vieran juntos nos asesinarían por no estar en Los Ángeles y en la preparatoria. Llevamos 3 horas de vuelo y necesito pararme, siento dormidas mis piernas y hace frío. Ashton esta a mi lado dormido y no puedo entender cómo se pueden dormir con el ruido qué hay, bebes llorando, todo mundo hablando y el sonido de los motores.

Pongo música en mi teléfono e intento perderme en mis pensamientos, pero de solo pensar en que si me llego a encontrar con mi madre puede que esté jodida, se sus castigos, sus regaños y me se de memoria sus sermones, se cuantas veces me hace sentir menos y las horas de ejercicio extras no iban a faltar en mi castigo por estar aquí en Las Vegas.

Un vago recuerdo aparece en mi cabeza y suspiro.

—Ves eso Nick. —señala mis gorditos— ¿A ti te gustaría estar con alguien así?

—Claro que no señora Hans.

Ya no estaba tan rellenita como antes, solo tengo 14 años y me siento bien conmigo misma, en parte no me importaban lo que dijeran los demás, pero de mi madre me dolía.

Cuando Nick se fue mamá tiro toda la comida y solo quedaron sobres y leche.

—Empezarás a tomar suplementos para que bajes todo eso que te falta.

—Si mamá.

No valía la pena decirle que no por que ella tenía reglas y una de ellas es no reprochar cuando me decía algo.

Miro mis muñecas y pasó uno de mis dedos por las cicatrices, no me arrepentía de hacer lo que hice por qué en realidad no me gusta mi vida. Mamá me entrenaba, pero era mucho ejercicio, se hacer acrobacias por qué me tiene horas hacer lo mismo hasta que los haga Perfecto.

—¿Me amas mamá? —le pregunto y hago que voltee.

—Te quiero Morgan, más no llego a amarte.

Abro los ojos asustada y veo a Ashton limpiando mis mejillas, alzó una de mis manos para tocar mi cara. Estaba llorando por recordar algo de mi pasado.

—¿Estas bien, bonita?

—Si, solo necesito ir al baño...

Me levanto y rápidamente me dirijo al pequeño cubículo, cierro y me deslizo sobre la puerta hasta quedar sentada, saco mi teléfono y entro a Instagram veo las fotos de las mundiales y en varias en las que me etiquetan y era por mi equipo no dejaba de hacer esto.

Siento mis lágrimas caer cuando leo las notas periodísticas mías, cuerpo de infarto, cara bonita, una castaña hermosa triunfa en las mundiales.

Si supieran que detrás del maquillaje y el uniforme miniatura hay una persona rota y con una baja autoestima que solo quiere caerle bien a las personas. Me levanto y me miro al espejo, para mi madre siempre fui un cero a la izquierda, realmente pienso que solo le importo por la fama que me dan y le dan a ella por ser mi entrenadora y madre.

La amo a pesar de todo lo que me hizo y hace pasar, es mi mamá y luchó por mi hasta un cierto punto y me quedo con eso, me quedo con lo bueno de ella.

Otro recuerdo llega a mi y sollozo.

—Ya no puedo, mamá.

Siento los latigazos en mi espalda, me castiga por comer de más, me castiga por no ser una buena hija, tengo 17 años y esto me está superando, ya no puedo vivir así.

—Son suficientes.

—Mamá...

—¿Sabes que no debes de hablar, verdad?

Desde que llegaste ©[✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora