Final alternativo (parte 1)

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[...]

-¡Poché espera!- se apresuró a decir, haciendo que la aludida se volteara inmediatamente hacia ella.

La menor volvió unos pasos hacia atrás hasta quedar frente a Calle nuevamente.

-¿Si?

-¿Vendrás el próximo sábado?

Poché se sorprendió por la pregunta. Había estado yendo a la tienda todos y cada uno de los sábados durante los últimos tres meses.

-Lo haré.

Calle negó ligeramente con su cabeza. Lucía preocupada y Poché no podía entender el porqué.

-Promételo -la menor frunció el ceño- Solo... Necesito que prometas que vendrás.

Poché trataba de deducir que es lo que estaba afligiendo tanto a Calle así tan de repente, pero al no poder siquiera imaginarlo, se limitó a tratar de calmarla, que regresara a la normalidad. A la Calle feliz sin preocupaciones.

-Prometo regresar el próximo sábado, Calle -dijo en su tono más dulce y sincero.

-Gracias -dijo tratando de dar su mejor sonrisa.

Poché por su parte le dedicó su más hermosa sonrisa angelical, al punto de que sus hoyuelos de marcaron notablemente.

Los siete días siguientes fueron eternos para Calle. Cada minuto. No podía sacar a Poché de su mente. Todas la cosas que habían ocurrido. Debía estar preparada para lo que sea que fuese a ocurrir. Acomodó su uniforme azul marino, colocó el beanie gris que Poché le había obsequiado sobre su lacio cabello, y se dirigió al centro comercial.

-llegaste temprano-dijo el encargado con las llaves en sus manos, comenzando abrir el local para la jornada del día.

-Si, desperté temprano y no pude volver a dormir -dijo con una risita. En realidad apenas si había podido conciliar el sueño durante la noche.

La jornada laboral empezó. Y Calle trataba de mantener su cabeza en cualquier otra cosa, la ansiedad la estaba carcomiendo por dentro. Para su suerte solo tuvo que soportar un par de largas horas antes de ver esa silueta atravesar la puerta de entrada al lugar. Suspiró de alivio, porque después de todo Poché cumplió su promesa y se presentó, pero ella aún seguía paranoicamente nerviosa.

Poché caminó hacia ella como si nada. Calle la observaba expectante. Cuando estuvieron frente a frente se quedaron mudas mirándose fijamente. La menor no comprendía el porqué Calle no la saludó efusivamente y comentado alegremente lo primero que se le venía a la cabeza como acostumbraba. Decidió ser ella quien rompiera el silencio, antes de que este se tornara más incómodo.

-¿Hola? -dijo algo tímida.

Calle escuchó su voz y se dió cuenta de que se había quedado congelada. Sacudió ligeramente la cabeza y le dedicó una bonita sonrisa.

-Hola, Poché- respondió.

La menor frunció apenas el ceño. No estaba actuando como de costumbre. Le entregó el CD que había tomado al ingresar al lugar. La mayor lo tomó en silencio y efectuó el cobro. Todo de manera muy silenciosa. Poché se preguntó si había hecho algo malo para que Calle se mostrara tan distante.

-¿Quieres... almorzar conmigo?- preguntó mostrándose algo indecisa.

¿Que clase de pregunta era esa? Por supuesto que quería.

-Claro -dijo seria, pero con determinación.

Se dirigieron al pequeño cuarto. Se sentaron frente a frente en la pequeña mesa del lugar, Calle trajo su almuerzo y comenzó a degustarlo, aunque ese día en particular no tenía mucho apetito. El aire de la habitación era muy tenso, casi palpable. Calle apenas le dirigía la mirada, eso la hería de sobremanera. Hace tan solo una semana estaban tan cercanas y ahora era como si apenas se conocieran.

La chica de los CDs | adaptación cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora