Exquisitas tentaciones [Hazbin Hotel y tú]

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Sorbió la limonada con un popote mientras que el pecador con apariencia de gato la observaba.

—Se ven graves —Comentó sin dejar de mirar su cuello.

—Se curarán pronto, eso espero —Le restó importancia— Charlie me prestó una crema que ayuda a sanar las heridas más rápido.

—Ajá —Se puso a limpiar un tarro— Procura no meterte en tantos problemas, esas hincadas de diente parecen ser solo una advertencia de que pongas más atención.

—Lo intentaré —Se levantó— Excelente bebida, gracias señor Husk.

El susodicho solo chasqueó la lengua y continuó en la suyo.

La demonio cheetah por su parte se puso a buscar a Angel, durante el transcurso del día la había evitado y no entendía el porqué, quería aclarar las cosas. Después de una extensa búsqueda lo encontró sentado en el patio del hotel y con su cerdito en brazos.

—Angel... —Llamó acercándose, él se sobresaltó e intentó irse de ahí— Espera un momento porfavor, ¿está todo bien?.

—... —Él se detuvo— ¿Enserio lo preguntas?, intento hacerlo lo menos incómodo para ambos, soy una mierda.

—¿Porqué dices eso?.

—Agh, ¡por Lucifer!, no puedo ni mirarte a los ojos —Dijo exasperado— Me fuí como un cobarde, a sabiendas de lo que ese puto loco haría.

—...

—¡Porfavor, estalla en ira, trátame como basura, pero no hagas como si nada hubiera pasado! —Molesto se giró y con gran esfuerzo hizo contacto visual, se llevó una sorpresa al ver que en ella no había más que confusión.

—Lo dije antes, tú no tienes la culpa, ¿qué podías hacer contra un Overlord?, fuiste por el señor Alastor y estuvo bien —Alzó sus manos a los lados— Si necesitas saberlo, no te guardo ningún tipo de rencor... de echo... —Incómoda ahora jugó con sus dedos— No es difícil darse cuenta que el señor Valentino iba con otras intenciones a tu camerino, tu actitud cuando estaba por entrar... si mi presencia ahí pudo evitar que te sucediera algo entonces estoy bien con lo que pasó; estamos en el infierno, no podemos quejarnos mucho... más aún si ni siquiera alcanzó a terminar lo que empezó.

De pronto él la abrazó sin avisar, ella parpadeó un par de veces y antes de poder corresponder el más alto se apartó, se puso derecho y acomodando la pelusa de su pecho recobró su actitud.

—Deberías darme un poco de esa pureza que tienes, cariño —Sonrió de lado— Pero es algo complicado para alguien tan sucio como yo, jajaja...—Parece que una duda lo abordó pues un aire de seriedad regresó— ¿Cuándo dices que no terminó lo que empezó te refieres a que no te la-?