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Jungkook estaba harto y estar harto es demasiado decir del tranquilo chico virgo, tímido e introvertido, un típico niño de la generación Z perdido entre puro millenials que solo se dejaba llevar por la corriente y ponía su talento cuando debía ponerlo y como se lo pedían y nunca hacía problemas por nada (porque así es el talento natural).

Era Hoseok el que lo sacaba de quicio y no lo malinterpreten porque no era que hubiese algo malo con el precioso hyung guapo y cariñoso que lo volvía loco desde hace nueve años, no, es decir, además del hecho de que lo volvía loco, Jungkook estaba harto de estar loco de amor por un tipo que no se daba cuenta que si se lo pidiera, cometería asesinatos por él y no es que existiera universo donde Hoseok quisiera que mataran a su nombre pero en caso de necesidad, Jungkook se ofrecería como tributo...del asesino.

Y es que ese loco amor llevaba años contrayéndose en su pecho, naciendo en el frágil e inocente corazón de aquel jovencito de 14 años que lo conoció en el año 2011 siendo demasiado joven para saber de amor pero aceptando ese sentimiento cálido en su estomago cada vez que el hyung de labios acorazonados lo miraba y le sonreía y fue creciendo hasta llenarlo por entero con cada palabra de cariño, beso y caricia, abrazos y comodidad que le brindó desde que lo conoció hasta llegar al punto que Jungkook no puede respirar sin amar a Hoseok, amarlo se ha convertido en parte tan suya como cualquier otra cosa y es triste y patético que el mayor no lo vea.

Así que el hartazgo de Jungkook lo ha llevado a tomar medidas extremas, total que el mundo se va a la mierda porque les cuesta lavarse las manos y usar mascarillas, el espectáculo nunca dejará de ser suficientemente xenófobo para darles lo que por derecho propio han ganado y el fin del mundo está por ahí, a la vuelta de la esquina, Jungkook ya no tiene mucho que perder.

Así que  aquí, en la nueva habitación de Hoseok en el nuevo imperio de su empresa (imperio que por cierto, se ha construido gracias a ellos) se ve con el derecho de tomar lo que le corresponde y ese es Hoseok.

Y por eso mismo lo espera medio desnudo en su cama con todos sus músculos que ha trabajado meses para lograr (teniendo en cuenta que Hoseok babea por hombres fuertes y grandes) para ver si por fin, Hoseok deja de verlo como un niño y lo ve como lo que realmente es, un hombre adulto que se muere de amor por él.

Grown man (JUNGHOPE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora