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Hacía dos días que Phoebe había salido de la enfermería. Dos días que no había dejado de pensar sobre cómo vencería a Voldemort.

Harry y Draco se habían convertido en sus sombras, igual que James, sólo que él los vigilaba a los tres. Sirius pasaba mucho tiempo con su hermano mientras que Remus y Lily se encargaban de ayudar a los profesores a restaurar la paz en Hogwarts. Adelaide y Rabastan se la pasaban juntos. Addy estaba enfadada con Regulus y Rabastan se sentía incómodo con los demás.

Aunque en ese momento, Phoebe lo arrastró lejos de Addy para que ella y Regulus aclaren sus asuntos y la pelirroja no paraba de hablar.

—... entonces Harry le dijo: "no vamos a quemar la casa" y yo dije: "habla por ti, incendiaré este lugar hasta los cimientos" y mi tía me castigó.

Para ser honesto, el adolescente había perdido el hilo de la conversación hacía mucho, pero no quería decírselo. La chica estaba frustrada por culpa de Voldemort, así que lo que menos podía hacer por ella era dejarla hablar hasta que se aburra.

—¿Crees que debí haber golpeado a mi tío?

—¿Por qué?

—¡Por esconder mis libros de Hogwarts! Presta atención, Rabastan.

El ojiverde rodó los ojos mientras dejaba delicadamente la cuchara con la que comía su avena en la mesa.

—Honestamente, tu tío merece ser dejado en una habitación rodeado de Dementores —respondió—. Pero tú no deberías rebajarte a algo tan cutre como andar a los golpes. El miedo es la mejor venganza.

—Ya me temen solo por ser bruja —respondió ella, orgullosa.

Sirius y Regulus aparecieron y se sentaron con ellos, llevándose malas miradas de los Slytherin que no se habían ido a sus casas por las vacaciones de invierno. Regulus las ignoró, pero Sirius los miró mal a todos hasta que dejaron de mirarlos.

Después de todo, Sirius era un traidor, pero seguía siendo un Black y nadie quería ver a un Black enojado.

—Cuando comiencen las clases, se sentarán en Gryffindor —les dijo a los tres menores.

Rabastan negó con una sonrisa.

—Seré un traidor, pero aún tengo orgullo.

Regulus rodó los ojos.

—Lo que Rabastan intenta decir es que si no nos quieren muertos todavía, nos asesinarán si nos sentamos con ustedes.

Sirius se encogió de hombros, observando a James arrastrando a Draco y Harry hasta llegar donde estaban ellos. James se sentó al lado de Sirius y los viajeros se sentaron enfrente de Rabastan y Phoebe, recibiendo una mala mirada de la Potter mayor.

—¿Por qué tardaron tanto? —preguntó Phoebe con molestia.

—Nos encerraste en el baño.

—¡Hace media hora! —se quejó—. Malditos adolescentes hormonados.

—Envidiosa —espetó Harry.

—Para que sepas, no le estás haciendo nada que yo no le haya hecho antes.

—Lilian, ya tenías que hacerlo incómodo —gruñó molesto Draco—. Agradece que no le digo a Potter mayor que pasabas todas las noches con mi tío Regulus en vacaciones de Navidad.

Regulus se atoró con el pan que comía cuando James fijó su mirada en él. Sirius rió divertido hasta que recordó que era el padrino de la muchacha, así que también lo miró mal, siendo Rabastan el único que disfrutaba de la conversación.

Sixteen [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora