Viginti quattuor

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Maratón 1/3.

De camino a casa voy pensando en todo lo sucedido hoy, en mis amigos, en el proyecto y en él estúpido de Kim TaeHyung, este último ocupa la mayoría de mis pensamientos en este momento

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De camino a casa voy pensando en todo lo sucedido hoy, en mis amigos, en el proyecto y en él estúpido de Kim TaeHyung, este último ocupa la mayoría de mis pensamientos en este momento.

No entiendo el porqué de su actitud, por un momento es bueno, atento y cariñoso y luego actúa de una manera posesiva y tóxica, contrarresta todas las acciones buenas que tiene conmigo y me confunde, porque no sé a dónde quiere llegar con todo esto.

El frío de la ciudad me cala en los huesos y me hace temblar ligeramente, justo hoy decidí no traer ningún abrigo porque hacía calor de día, pero el clima siempre me juega en contra y esta vez sé que fui idiota en no confiar en mí instinto.

Agarro fuertemente mí mochila colgada en mí hombro y camino rápidamente hacía mí departamento que se encuentra a una cuadra, apesar de que son las ocho de la noche, la calle se encuentra desierta lo cual me parece extraño, siendo un día entre semana tendría que haber tráfico, le resto importancia y apresuro el paso.

Siento un mal presentimiento en mí interior así que decido quitarme los auriculares para estar más atenta a mí alrededor, cuando estoy a media cuadra, escucho unas risas masculinas y me entra el pánico, yo sola, en medio de la noche en una calle desolada con hombres aparentemente borrachos no es una buena combinación.

Siento pasos detrás de mí así que me dispongo a correr, las piernas me tiemblan ligeramente pero no paro hasta llegar hasta la puerta de mí edificio y saludar al portero que me mira con una expresión de confusión y preocupación.

—¿Se encuentra bien, señorita?—me observa con cuidado y se toma la molestia de acercarse, él se llama Juyeon por lo que tengo entendido, es amable y siempre hace bien su trabajo.

—S-sí, solo vine corriendo, sentí que alguien me estaba siguiendo, ya estoy mejor—le sonrío lo más amable posible y luego de asegurarle que estoy en perfecto estado, subo las escaleras para ir a mí apartamento.

Una vez enfrente a mí puerta, saco mis llaves de mí cartera y abro, apenas entro me quito mis zapatillas y las cambio por una para usar en casa. La sala se encuentra solitaria, sonrío porque puede que haya una posibilidad de que tenga la casa para mí sola y eso es algo magnífico.

Camino con lentitud hacía mí habitación y una vez allí, me despojo de mí ropa para poder darme una buena ducha caliente para aliviar la tensión acumulada en mis hombros y cuello.

Ya limpia y relajada, voy hasta la cocina para prepararme un café con unas galletitas para mirar mi serie como todos los días, pero siempre tiene que pasar algo para que yo no pueda cumplir con mí rutina.

Mí teléfono suena y hago una mueca de fastidio, dejo que suene hasta que la otra persona finaliza la llamada.

Sonrío feliz y me siento en el sofá mientras dejo mí comida en la mesita del frente hasta que el teléfono suena nuevamente, grito de la frustración y atiendo la llamada claramente molesta.

Prohibitorum-K.TH +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora