¡Osorio, Dame un hijo!

22

Luego de bañarse y ponerse sus ropas ambos salieron de la habitación, Emilio tomó de la mano a Joaquín para salir y pagar por los tres días que estuvieron ahí, Joaquín solo miraba como el pelinegro agradecía.

—Tenemos que ir a casa Joaquín . —sonrió mientras extendía su mano.

—Hyung debo pedirle una disculpa. —tomó la mano del alfa. —por haber olvidado mi celo.

—Joaquín tranquilo. —sonrió. —además también a mi se me olvido.

—Si pero no quiero que nada cambie por lo que pasó. —lo vio preocupado. —es mi amigo y me dolería perderlo.

—No me perderás. —lo abrazo. —tampoco nuestra amistad.

Joaquín sonrió y lo abrazo se alejo y vio el cuello del pálido el cual tenía chupones se sonrojo al recordar cuando se la hizo llevó su mano al lugar para acariciarla.

—Perdón por los chupones. —lo vio a los ojos.

—Yo perdón por dejarte mordidas tu vientre. —habló. —debemos de ir a casa para que te las cure.

El omega asintió y se fueron de lugar, un mes paso luego de aquel hecho donde pasaron el celo junto, Joaquín estaba en su casa el hijo del primo de Emilio ya estaba con su padre y a decir verdad Joaquín extrañaba a ese bebé.

También recordó las palabras de una señora que le dijo que se miraba bonito con su alfa y su hijo, Joaquín tocó su vientre imaginándose a un cachorro junto con el pálido, pero había un problema o al menos así era para Joaquín. El y el alfa no eran destinados, pero algo dentro de el le decía que quería un hijo con ese alfa pálido y perezoso.

Todo el día se la paso pensando en ese deseo incluso no se daba cuenta de los llamados que le hacia el alfa.

—Joaquín. —lo movió el alfa.

El omega miro al pálido que lo miraba con cierta confusión, el había estado fotografiando las nuevas marcas de ropa, pero no se había dado que solo estaban ellos dos.

—Emilio hyung. —susurro.

—¿Estas bien? —pregunto mientras se acercaba a el.

—Si. —asintió ante la profunda mirada que recibía. —ya, ya debemos irnos. —guardo su cámara.

—Claro. —asintió.

Los dos se dirigieron al auto del mayor Joaquín seguía pensando en lo que su mente quería pero ahora estaba si su hyung también quería, le era difícil saber pero ¿no era más fácil adoptar? El si había pensado eso pero el deseaba y anhelaba un hijo con su alfa favorito.

—¿Joaquín que ocurre? —le preguntó. —Son cosas mías. —respondió.

—¿Te a molestado un alfa de la empresa? —pregunto serio. —si es así dime quien es y hablare seriamente con el.

—Son cosas de omegas hyung. —lo vio. —no debe preocuparse. —sonrió.

Emilio no dijo ya nada si eran cosas de omegas no debía de preocuparse, pues sabía que Joaquín iba a poder líder con eso.