La marca del demonio

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(Yaoi) (boyslove)

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Prólogo

La calle estaba desierta y lo único que se escuchaba eran los pasos apresurados de una hermosa mujer que buscaba desesperada una dirección, se paró en medio de la calle y retomó el aliento mirando a su alrededor asqueada. Era un barrio de mala muerte y podía oler la porquería y el aroma a alcohol barato por todas partes. Los vagabundos dormían en las esquinas con cartones y mantas viejas aunque los edificios tampoco es que estuvieran en muy buen estado... Ignorando todo eso, la mujer se dirigió hacia un pequeño local en callejón. El local era detestable, con el cartel todo descolorido y astillado y la puerta oliendo a pis de gato.

La bella mujer respiró ondo y se adentró en la oscuridad de la tienda. Tuvo que entrecerrar los ojos para ver en la penumbra de la estancia, la nariz le picaba de la cantidad de aromas a diferentes inciensos que habían en el aire. Observó a su alrededor y pronunció un tímido y dudoso "hola" esperando a que alguien le respondiera. Y sus plegarias fueron escuchadas, ya que en una de las esquinas del local respondió una sombra encorvada.

-¿A que has venido, sirvienta de Dios?- preguntó una voz ronca y rota. Una anciana muy demacrada y huesuda, vestía toda de negro y llevaba mucho anillos con símbolos en los dedos. Su cara llevaba tatuadas dos líneas negras que iban desde los párpados inferiores hasta el mentón. Pese al tono de su voz tranquilo y sosegados su rostro se deformaba en una mueca de discorformidad.

La bella mujer dió un paso atrás y asustada tragó saliva, la anciana, sinceramente, era lo que esperaba; alguien desgastada y de piel grisácea llena de arrugas, pero sobre todo, alguien que ha sido abandonado por Dios. En el fondo le daba pena.

-¿Usted es madame Chat?- preguntó con aún con recelo.- ¿La famosa... Curandera?

La vieja esbozo una sonrisa que le añadía más arrugas a su rostro.- Es una forma muy suave de decir bruja señora Eva Rider, por lo que deduzco que no intenta llevarme a la hoguera y desea algo de mí ¿O me equivoco?

Eva asintió despacio, aún sopesando lo que estaba a punto de hacer. Con pasos lentos y calculados se acercó a la mesa y sentada en aquella desvencijada silla se dispuso a tomar la decisión más importante de su vida.

-Necesito tener un bebé- Soltó con decisión.- Lo antes posible.

Madame Chat enarcó una ceja- ¿Necesitas?- preguntó con ápice de ironía, pero acto seguido se inclinó hacia delante y apoyo su mentón en las manos entrelazadas- ¿Cuanto lo necesitas?

-Desesperadamente- confesó agarrándose fuerte las manos sobre el regazo.

La bruja sonrió aún más y con un movimiento solemne decretó- Está bien. Veamos que podemos hacer por esta pobre alma en desgracia.-

Madame Chat se inclinó debajo del tupido mantel de la mesa y emergió segundos después con un saquito aterciopelado que tintineaba. Para después sacar del distintas canicas de cristal de colores. Las esparció por encima de la mesa y apoyo las manos a los lados de ellas. Cerró los ojos y empezó a conjurar con palabras inentendibles para Eva, primero muy bajo y lento asta que su tono de voz aumentó y sus versos eran tan rápidos como el viento del norte. El cuerpo de la anciana empezó a moverse preocupantemente, sus ojos estaban totalmente negros y las canicas giraban en el aire alrededor de su cabeza.
El olor a incienso se hizo más fuerte, y la poca luz que había tintineó violenta.

Eva, asustada, intentó sostener a la señora que se dejó caer sobre la mesa agotada. Pero no aceptó la ayuda de la joven. Observó con una sonrisa desdentada el rostro hermoso y manchado de terror de la mujer y bruscamente la agarró de las muñecas. A lo que Eva, más horrorizada aún, forcejeó desesperada.

-¡Él te lo dará!¡Te lo dará!... Él... Es benevolente...- jadeó con ojos brillantes.

Eva, cegada por el deseo, se volvió a sentar.

-¿Podré tener un bebé?- preguntó ansiosa la noble dama.

La anciana se recompuso y asintió solemne.- Pero tendrás que dar algo a cambio, nada es gratis y menos con quien estás tratando- la bruja agarró la muñeca de Eva y trazó con una cuchilla una marca incomprensible para ella, pero no se movió, haría lo que tuviera que hacer para conseguir su objetivo.

En el exterior se oyeron coches, algo nada común por esa zona de mala muerte, y la señorita se tensó inmediatamente. Se levantó, presurosa y temblando, y le pidió el precio a la anciana.

Los adornos de oro de la anciana tintinearon con su risa.- Tendrás que devolver aquello que Él te dió para llegar hasta donde quieres llegar.

La mujer, dudosa de las artimañas de la bruja decidió preguntar.

-¿Podré seguir viviendo tranquila después del pago? ¿Qué es lo que tengo que devolver y cuando?

-Podrás seguir viviendo tranquila después del pago y lo tendrás que devolver dentro de 18 años.

Eva la miró escéptica sin saber que tenía que devolver. La anciana estaba a punto de responder cuando su mirada se quedó fija en algún punto detrás de ella y un segundo después, tan solo sonrió y le dijo que Él la avisaría. Eva iba a rebatir pero los coches se oían cada vez mas cerca y salió corriendo del local. La anciana le hizo una reverencia a la pared, de donde salió una sombra que se fue despegando de ella hasta materializar una especie de silueta borrosa que con una voz grave y profunda ordenó:

-Vigílala hasta el nacimiento.- y luego desapareció.

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Nos vemos muy pronto.

Billdip- Ven a mi, mi querido PinetreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora