𝐻𝑜𝓃𝑒𝓈𝓉 ━ 𝐖𝐢𝐳𝐚𝐫𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝

ℭ𝔲𝔞𝔱𝔯𝔬

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Adhara bajó a desayunar con Daphne, y encontró a Draco haciendo una parodia de el desmayo de Potter. Su hermano con frecuencia se comportaba como un tonto, pero ese día de verdad se esforzaba por parecer un completo idiota y Pansy lo apoyaba gritándole a Potter algo sobre los dementores.

-Ponte la capucha encima y de verdad parecerás uno- le dijo Adhara a Draco mirándolo con burla.

El rubio se sentó a la mesa dirigiéndole una expresión de odio y continuó burlándose de Potter. La chica lo ignoró y se fijó en la mesa de Gryffindor; los gemelos parecían decirle algo a Potter y al otro Weasley mientras miraban a Draco con desprecio. Debían estar contando lo de el tren porque luego vio que dirigían hacia ella una mirada rápida; Potter y Weasley la miraron por encima del hombro unos segundos para luego centrar su atención en la comida. Adhara dejó salir un suspiro de molestia, hablaría con los gemelos después.

El prefecto de Slytherin les entregó sus horarios un rato después, la primera clase era Transformaciones y luego tenían Adivinación. Adhara y Draco habían tomado las mismas materias adicionales el año anterior: Adivinación y Cuidado de Criaturas Mágicas. Draco parecía tener predilección por la Adivinación y las visiones, mientras que Adhara tenia predilección por las criaturas mágicas; de esa forma habían llegado a un acuerdo para tomar clases que les interesaban a ambos y así no separarse ya que tenían la costumbre de ayudarse mutuamente al momento de estudiar. A Adhara le hubiera gustado llevar Estudios Muggles pero su familia no lo aprobaría y Draco tampoco estaría de acuerdo en llevar esa clase con ella.

Transformaciones no había sido muy diferente a los otros años, aunque los hechizos eran más complicados. Después de esa clase, tenían Adivinación y aunque Adhara no estaba entendiendo la mayoría de las cosas que la profesora Trelawney decía, Draco parecía emocionado con la lectura de las hojas de té.

La profesora los puso a trabajar en parejas y Adhara naturalmente se sentó junto a su mellizo. Luego de seguir las instrucciones que Trelawney les había dado, Draco tomó la taza de la rubia y la examinó.

-No logro ver bien qué es, parece un tenedor- dijo el muchacho mientras rotaba la taza para encontrar un significado.

-El tuyo parece una nube, o un montón de lodo- rió Adhara mirando la taza de su hermano.

-Son garras- susurró Draco de pronto.

-¿Qué?

-Son garras- repitió el chico mientras le mostraba la taza.

-Yo no le veo forma de nada.

Draco la giró un poco y Adhara pudo ver lo que parecía una mano deforme con tres largas garras. La Slytherin frunció el ceño.

-Déjame ver bien- dijo mientras trataba de arrebatarle la taza de las manos a su hermano.

-¡No, yo sé lo que te digo!- respondió el chico mientras jalaba la taza con fuerza-¡Déjame, la vas a romper!

-¡Déjame tú!

-Chicos, chicos- escucharon una voz suave que se acercaba-, tranquilos. Déjenme ver que tenemos aquí.

La profesora Trelawney se acercó despacio a ellos y tomó el objeto entre sus manos. Lo examinó unos segundos y luego dijo.

-Tiene razón, joven Malfoy, son garras.

-¿Qué quieren decir?- inquirió Adhara.

-Pues me parece que son de un hombre lobo- dijo tranquilamente la profesora.

-Son las garras de un hombre lobo- comprendió Draco- ¿Significa que mi hermana se convertirá en uno?

-No exactamente, pero sí puedo asegurar que tendrá un encuentro con uno- La profesora miró a los dos Slytherins con una sonrisa-. Tranquila, no te matará, pero te dejará una marca de por vida.

Adhara abrió la boca para decir algo, pero Trelawney les dio la espalda y se dirigió a otra mesa. Draco miró con el ceño fruncido a su hermana por un momento pero luego adoptó su usual actitud despreocupada.

-Supongo que tendré que estar contigo todo el tiempo, Addy, para asegurarme que no te pase nada- dijo el chico con una sonrisa.

-Que no se te ocurra decirle a todo Slytherin sobre esto- sentenció Adhara mirándolo seriamente, pero antes de que ella hubiera terminado de hablar, su hermano ya se había girado para decirle a Blaise que a Adhara se la comería un hombre lobo.

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Remus salió de su oficina en dirección al Gran Comedor; se sentía un poco mejor que el día anterior y estaba seguro que para el día siguiente se sentiría igual de sano que siempre, aunque eso no fuera decir mucho.

Caminaba tranquilamente por el pasillo de el segundo piso cuando escuchó unas voces reír y gritar algo que no alcanzaba a entender. Mientras más se acercaba, más llegaba a comprender.

-¡Auu!- escuchó a lo lejos- ¡Ahí viene, Adhara!- era la voz de un chico- ¡Te va a comer!

-¡Cállate, Draco!- contestó una chica.

Remus se acercó más al pasillo que llevaba hacia las escaleras y vio a un grupo de estudiantes de Slytherin que caminaban por el pasillo. Dos de ellos, de cabello rubio claro caminaban al final de el grupo. Eran una chica y un chico que parecían ser hermanos; los había visto antes, hablando con Harry. Caminó en dirección a ellos y escuchó mejor al chico, Draco.

-¡Auu!- aulló el muchacho tratando de alcanzar la mano de la chica-¡Te va a comer!

-Deja de molestarla, Draco. Ni siquiera sabes si es cierto lo que Trelawney dijo- intervino otra chica rubia que era la más alta del grupo.

El rubio hizo caso omiso a lo que su compañera había dicho y tomó la mano de su hermana con fuerza para luego acercarla a su boca dispuesto a morderla. La chica forcejeó mientras dejaba salir un gritito al ver lo que Draco trataba de hacer. Entonces Remus se aproximó a ellos, pero se detuvo cuando escuchó lo que Draco dijo.

-¡El hombre lobo! ¡Auu!- Remus se congeló por unos segundos al escuchar aquello.

-¡Suéltame, idiota! No hay hombres lobo aquí- exclamó la chica mientras se soltaba del agarre de su hermano.

La rubia que según lo que había escuchado se llamaba Adhara se quitó la mochila de el hombro y la alzó con ambas manos, pero Remus los alcanzó justo a tiempo antes que la Slytherin lanzara la mochila en dirección a la cara de su hermano.

-¿Hay algún problema?- preguntó él con voz tranquila.

-No, profesor- contestó Draco mirándolo de arriba a abajo con una sonrisa burlona- ¿Verdad que no, Addy?

-No, profesor. No hay ningún problema- dijo Adhara levantando la vista para mirar al profesor-. Solo estábamos jugando.

Remus siguió de cerca a los Slytherins mientras se encaminaban hacia la escalera. La muchacha alta le pasó un brazo por los hombros a Adhara y le susurró algo al oído, Adhara asintió con la cabeza y miró por encima de su hombro en dirección a Remus; el hombre le sonrió amablemente y ella volvió la cabeza hacia el frente enseguida.

Cuando llegaron al Gran Comedor, los chicos se dirigieron a la mesa de las serpientes y él caminó hasta la mesa principal con los demás maestros. Había algo que lo inquietaba sobre lo que había escuchado decir a Draco, pero trató de no pensar en ello convenciéndose a sí mismo de que nadie sabía sobre su condición y que nunca lo sabrían.

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