Capítulo 3: Despertando a la Realidad

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 3: "Despertando a la Realidad"

Se pasó la mano por el rostro y echó una maldición. ¡Diablos! No podía, simplemente no podía, lo único que hacía era recordarlo con aquella mujer y eso le causaba un desagradable malestar y un humor de perros. Y debía admitirlo, la inspiración se había ido, definitivamente. Ahora nada sacaba con imaginarlo a su lado, no era posible, era como si de pronto sus días soleados se volvieran tristes y nublados, como si se diera cuenta al fin de lo absurdo que era todo en realidad. Inuyasha jamás de los jamases se iba a fijar en ella, menos después de andar con una chica tan bonita como aquella, era obvio que sus gustos se estaban volviendo más exquisitos, refinados ¿Quién sería la próxima? ¡Si esta era una modelo seguro que la próxima era Miss Universo! Realmente Sango tenía razón... hizo una mueca de desprecio recostando la espalda en la silla. Ese Inuyasha... realmente era un caso perdido...

Caminó hasta su cama y se recostó pesadamente con los ojos fijos en el techo. Al fin ya no estaba mareada, después de tres tazas de café. Ladeó la cabeza a un lado y vio el reloj dar las 2:30 de la madrugada. Y nada, no podía escribir nada. Respiró rápidamente casi sintiendo pánico. ¿Qué iba a hacer? Debía encontrar alguna clase de inspiración... otro hombre que llamara su atención tal vez, pensó, haciendo una mueca... como si aquello fuera tan fácil.

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- ¿Por qué no me muestras aun tu escrito? Lo he estado esperando...

Kagome se atragantó con el trozo de pastelito que se había llevado a la boca, se golpeó el pecho enrojeciendo de vergüenza bajo la mirada suspicaz de su editor, que estaba a su lado y que "amablemente" le había ofrecido el trozo de dulce. Estaban ya en el coctel de inauguración de la librería Books & Bits y en el cual estaban invitadas las más prestigiosas personas relacionadas al mundo de las letras. Podría ser un momento de ensueño como antes, pero esta vez ella sentía que el mundo seguía gris y que ese tonto era completamente inalcanzable. ¡Cómo lo detestaba a veces!

Carraspeó sintiendo la garganta adolorida y reprochándose sus locas reacciones, lo enfrentó lo mejor que pudo, no le gustó el que Inuyasha tuviera el ceño fruncido y el rostro muy, pero muy serio.

- Ehh, creo que me falta aun... – De pronto estaba demasiado nerviosa otra vez, ni siquiera pudo terminar de comer, se le cerró la garganta ¿o el estómago? Bueno, el caso es que ya se le había quitado el apetito.-... que impaciente...- Murmuró de mala gana.

- Pero ni siquiera me has dejado ver un esbozo... me has dejado a la expectativa más de lo usual... lo único que sé es que la pareja busca una perla y que te basas mucho en la época feudal del Japón... y eso lo sé porque YO te lo he dicho...

- También he investigado...- Respondió ella rápidamente- No todo es gracias a tu grandioso cerebro...

Inuyasha clavó sus hermosos ojos dorados en ella y Kagome casi sintió paralizado el corazón.

- ¿Te burlas de mi?- Preguntó serio con la frente arrugada- Te estas volviendo pesada igual que tu amiguita Sango...

Le dolió, pero no el que le hubiera llamado "pesada", sino el que él aun recordara aquel "incidente", eso significaba que estaba de alguna forma "herido". Lo miró fijamente y luego sonrió. Naaaa, qué va a estar herido... seguro lo que le dolía era el ego...

- Ahhh que impaciente... ya lo leerás, algún día- Sonrió levantándose rápidamente de la silla y mirando a su alrededor.- Pero aún no.

Él siguió mirándola de forma suspicaz ¿desde cuando tanta evasiva? ¿Acaso tenía algo aquella nueva novela? ¿Qué podría ser? Ella no debería ocultarlo porque al fin y al cabo igual iba a tener que leer la novela algún día, de alguna manera, y antes de la publicación... pero... ¿por qué sentía que había algo más? Además Kagome estaba actuando de forma algo... extraña... ¿y desde cuando él se preocupaba tanto de la forma de actuar de Kagome? Carraspeó molesto siguiéndole los pasos.

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