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- Así que te encontraste con el chiquillo que te atrae últimamente eh calvo

- No es ningún chiquillo, Raúl... No para mí - Agregó con una petulante sonrisa, el hombre de cabello negro frente a él rodó los ojos

- Sólo nos llevamos dos años, calvo tóxico, tampoco me quieras hacer sentir viejo - Dijo indignado, su acompañante rio. - Pero entonces ¿sí te atrae?

La risa del más alto se detuvo. - Uhmm atraer es una palabra muy grande para describirlo, él sólo... Me parece interesante - Admitió - Y ya sabes que no dejo pasar este tipo de oportunidades

- Lo sé - Soltó con una mueca. - Sólo espero que no te metas en problemas, porque no creas que los subnormales o yo te ayudaremos con eso

- Eh, eh, ¿Cuáles subnormales, Auron? - Una tercera voz se escuchó a sus espaldas, ambos amigos se giraron sobre sus asientos para ver a dos jóvenes más ingresar al restaurante y caminar en su dirección.

- ¿Quién más Fargan, hijo mío?

- Me hieres, Raúl... Creí que lo nuestro era especial - Dramatizo el de cabellera castaña y ojos dorados. Su acompañante rodó los ojos mientras tomaba asiento.

- ¿De qué nos perdimos ahora? ¿Hablaban de la nueva victima de Rub?

- ¡Es cierto! ¿Cómo que lo llevaste a la escuela? ¡Exijo todos los detalles!

Rubius resopló. - No fue gran cosa, sólo les di un aventón - Explicó encogiéndose de hombros.

- Claro, y por eso dijiste que le comerías la polla a Auron - Habló el albino con sarcasmo.

- Hombre, me la comería por menos - Espetó el pelinegro, a los presentes les fue inevitable reír. - ¿Qué? ¿De qué se ríen, puercos? ¡Es la verdad!

- Sí cariño, lo que tu digas - Respondió burlón el peliteñido mientras rozaba con sus dedos la barba del mayor, las mejillas de este se tornaron de un intenso rojo y las risas aumentaron. Auron los maldijo por lo bajó antes de guardar silencio.

Para su suerte, un mesero se acercó en ese momento extendiéndoles la carta, así la atención fue desviada de su persona.

- Bueno ¿y qué piensas hacer con la pelirroja? ¿no se supone que es su amigo o algo así? - Inquirió el de ojos rasgados mientras observaba el menú.

- Bueno... - Vaciló - Quizá eso pueda servirme, sólo debo ir con cuidado

- Y que lo digas... - Concordó el de orbes doradas. Los tres hombres frente a él lo miraron con una ceja arqueada - ¿Qué?

- Parece que lo dices por experiencia, ratón

- Pues es así - Soltó despreocupado. - Y no me mires así, Guille, sabes que siempre seré sólo tuyo, guapo

- Idiota - Murmuró el mencionado

- A ver, a ver... ¿Cuál experiencia, David? - Cuestionó el de barba.

Al tener todas las miradas sobre él, Fargan decidió hablar. - Bueno, hace un par de meses estuve... Saliendo con un chiquillo de 3° o 4° grado, no recuerdo - Admitió - La cuestión es que las cosas no terminaron muy bien que digamos, son algo problemáticos

- Ja! menudo milagro es que no estés ahora mismo en la cárcel eh - Espetó el pelinegro, sus amigos asintieron.

- De hecho amenazó con denunciarme alguna vez, pero como nunca llegamos a nada más allá de besos y toqueteo pues no tuvo pruebas

Willy palmeó su frente incrédulo por el anécdota de su compañero, no era más imbécil porque no era más grande. Los otros dos imitaron su gesto, aunque terminaron riendo nerviosos por ello.

𝔽𝕣𝕠𝕞 ℕ𝕠𝕣𝕨𝕒𝕪 𝕥𝕠...Where stories live. Discover now