➷ 𝚃𝚘𝚘 𝚢𝚘𝚞𝚗𝚐 𝚝𝚘 𝚗𝚘𝚝 𝚋𝚎 𝚊 𝚍𝚛𝚎𝚊𝚖𝚎𝚛 ➹ [Yoonmin]

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- ¿Jimin?- Taehyung estuvo tentando a colgar- Son las tres de la mañana espero que sea importante- Yeonjun fingió seguir dormido junto a Minmin en el colchón.

- He hecho algo inconsciente debido a mi moral- su mejor amigo rodó los ojos, ¿cuándo no?- Creo que tengo otro hijo.

- ¿¡Estás embarazado de nuevo?! ¿Acaso tu cuerpo tiene su propia política anticonceptiva?- Jimin rió.

- Un chico intentó robarme hoy, consiguió meterse en la casa incluso, tiene apenas catorce- expulsó el aire de sus pulmones intentando relajar el peso que le oprimía el pecho- Es como Jungkookie, no tiene a donde ir. Le he pedido que se quede, ¿hice mal?

- ¿Cómo vas a mantenerlo? A duras penas llegas a fin de mes, un centro de acogida-

- Ya sabes como son esos sitios- le interrumpió antes de que propusiera la idea fácil, deshacerse de él sin mirar atrás.

- ¿Por qué me llamas si al final vas a hacer lo que quieras?- Taehyung lo dijo bromeando pero con preocupación, era una muy mala idea- ¿Yoongi sabe?

- No, se que debería decirle, mas él es un buen alfa, no podrá negarse... Yo realmente no soy capaz de dejarle en la calle Tae, quizás se escapa en unos días con algo robado y ha sido todo en vano, sin embargo, eso no pesará en mi conciencia.

- Eres un omega gruñón con un gran corazón, espero que tu novio debute pronto y gane ingresos de verdad porque los necesitarás... Yo siempre tengo mi puerta y cartera abiertas, ¿okey?

- Okey, buenas noches.

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Observó la botella vacía de soju fijamente, se encontraba en su estudio, eran las tres de la mañana. Sus ojos le rogaban por llorar, pero no quería, o no podía. No sabía. Estaba al límite del precipicio de nuevo, mas se empujaría a seguir, ¿hasta dónde podría continuar? ¿Cuándo caería? El precipicio nunca desaparecía, no importaba lo que ocurriera en el exterior, el vacío en su interior era ya una parte de él.

Sentía el más profundo sentimiento de desesperanza, de agonía, sentía que se ahogaba en sí mismo. Y que nadie era capaz de ayudarlo, de llegar a él, a ese vacío. Como si estuviera en otra realidad, su cuerpo se le hacía tan ajeno en ese momento, se asfixiaba en el mar de su alma mientras su materia terrenal luchaba por aguantar un día más, era algo automatizado, no era realmente lo que quería. No deseaba continuar pues no creía encontrar algo mejor en el futuro, en su presente, habían pasado años y seguía sintiéndose exactamente igual, muerto por dentro.

¿Qué faltaba? ¿Era acaso su naturaleza vivir con un agujero negro es su corazón? ¿Algún día podría cambiar? ¿Las cosas mejorarían? Era tan extraño imaginarlo, siempre se había sentido triste, era cómodo, familiar, la tristeza apacible y permanente que afloraba a la mínima oportunidad. Esa mano que le agarraba del cuello e intentaba ahogarle, la mano nunca se apartaba, nunca, solo se relajaba a veces.

Le gustaría fingir que se había hecho a esa realidad, pero sería una mentira. Él no anhelaba la alegría, solo quería... ¿la calma? ¿La neutralidad? ¿La paz? No sentirse miserable intrínsecamente, porque estaba tan cansado, oh, tan casado, de luchar contra la marea. Cada día, a cada hora, a cada minuto, a cada segundo, el sentimiento maceraba en su interior. Esperando, tiñendo todo de azul. Quizás, simplemente, no era una persona que había nacido para ser feliz, el destino no quiso permitírselo.

Las lágrimas descendieron, pero su gesto se mantuvo impasible, era como no sentir nada y sentir todo al mismo tiempo. Disociación, el mundo le dolía, por lo que inventaba una segunda realidad, y ahí se refugiaba. Pero a veces no sabía salir, a veces esa realidad le absorbía sin que él pudiera hacer nada. El control sobre sí mismo era insignificante.

Decir que todo estaba perdiendo el sentido era una mentira, todo nunca tuvo sentido, nunca hubo esperanza de ser feliz, de sanar el agujero en su corazón que nadie entendía o tenía el poder de sanar. Se encontraba solo con sus demonios, en esa realidad, en su mundo torturador, estaba solo. Siempre estaba solo, miles de personas podrían jurar amarlo, pero él estaba solo. La soledad absoluta, tan profunda que la podía sentir a su lado, respirando. Se había personificado, la soledad se había personificado, ¿qué tan jodido era eso?

La mano volvía a apretar su cuello, los dedos se clavaban en las yugulares, le costaba respirar y quería vomitar. Un peso en su pecho le hacía creer que ese ente le aplastaba hasta el fondo del mar, había alguien ahí, en ese mundo de tristeza. No importaba que intentara matarle, era una persona, era él mismo.

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- Mamaaaa no entiendeeees- la mujer rodó los ojos.

- ¿Qué es lo que tiene que te tenga así? A ti nunca te han interesado los idols, ese ni a debutado además- la chica movió los puños frustrada y emocionada.

- ¡Va a debutar dentro de poco! ¡Y es suuuper talentoso! ¡Te enseñé sus videos!- su madre la paró antes de que volviera a poner las grabaciones rapeando.

- Estamos en el médico, no hagas ruido- Jimin sentado en frente de ellas escuchaba la conversación indirectamente.

- Agust D es distinto ma, él es genial- el omega se levantó inmediatamente.

- ¿¡Eres fan de Agust D?!- la chica asintió frenéticamente- ¡Yo también!- revisó que Minmin siquiera jugando con las revistas y se sentó a su lado- ¿Qué te gusta de él?

- Es muy bueno rapeando, ¡y muy guapo!- Jimin sonrió encantado.

- Debemos apoyarlo mucho- le tomó la mano en un impulso- Para que llegue lejos, ¿si?

- Exacto, ¿has visto sus vlogs? Se le ve cansado, cuando habló sobre la desesperación por debutar casi lloro- la chica apretó su mano- Se que puede parecer que finge pero, quiero creer en sus palabras, realmente merece debutar.

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