Capítulo 12

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-Imperio Azteca-

Abrí los ojos, la luz del cuarto de hotel cegándome, me cubrí la cara con una mano, mientras me iba despabilando. Mire a mi estomago donde Venezuela e Iraq apoyaban sus cabezas mientras dormían, parecían dos pequeños ajolotes bebés echos bolita.

- Despierten - los sacudí viendo el reloj, ocho y media de la noche.

- No, me gusta mi camita - Venezuela se giró para no verme.

- Se tienen que bañar - me levante, quitando a ambos de encima - No sean flojos.

Sonó un golpe en la puerta, me acerqué abriéndola, para mi sorpresa no había nadie, solo una caja de regalo con un moño. La levante, poniendo mi oreja para escuchar si era una bomba. Entre al cuarto, viendo a Iraq y Venezuela levantándose

- ¿Quien era? - Iraq miró la caja - ¿Que es eso?.

- No se - mire la tarjeta, era de Romano - Es de Imperio Romano.

- ¿Eh? - Iraq pregunto confundido.

- ¿¡Ves lo que te digo?! - Venezuela apuntó a la caja - ¿Como sabía él que estábamos aquí?.

- Si está muy raro - Iraq asintió.

Abrí la caja viendo un vestido verde adentro, lo estiré para verlo completo, el top eran dos telas cruzadas y la falda mostraba ambas piernas, con una tela en medio.

Me bañe primero, luego ellos, ambos poniéndose camisetas de botones y jeans y yo el vestido. El top me quedaba muy ajustado, remarcando mi pecho, pero no había manera de aflojarlo.

Salimos a las nueve y media para llegar a las diez, el hotel más barato estaba al otro lado del mundo.

El bar tenía una vibra muy seductora, rojo y negro todo el lugar, hasta las luces. No podía ver bien por el vapor de las máquinas de humo.
Todos bailaban muy pegados, se podía sentir el calor de la gente ahí adentro y no faltaba las parejas besándose en las mesas.
Había muchísima gente de todo tipo, muchas chicas lindas me sonreían y guiñaban el ojo, me hubiera encantado quedarme a platicar pero tenía trabajo a que hacer.

- Ugh - Iraq vio a todos con asco - Un poco más de pudor.

- Me gusta este lugar - Venezuela le contestó.

Di unos pasos, hasta que un hombre me detuvo

- ¿A donde vas guapa? - me susurro, le llevaba una cabeza así que casi se pone de puntitas para hablarme.

- ¿Que te importa? - le pise el dedo chico con la punta del tacón, apartándolo para seguir caminando.

Nos quedamos en la barra esperando a la chica, no quise tomar nada, todo se veía demasiado asqueroso para mi gusto, Venezuela e Iraq si le metieron a los tragos mientras tanto.

- Ahmed - la chica gritó.

Me levante acercándome a ella, Iraq y Vene se tambalearon hacia ella.

- Suban las escaleras, lo encontrarán ahí - nos apunto a las escaleras ocultas detrás de una cortina.

- Gracias - Iraq contestó casi gritando por el volumen de la música.

Y así como nos dijo, subimos las escaleras que llevaban a un oscuro y largo pasillo, varias personas estaban drogados en el suelo, otros tirados dormidos y unos besándose pegados a la pared.

- Esos podríamos ser tu y yo pero te freseas - Vene apunto a la pareja besándose apasionadamente.

- No me quejo - Iraq se lamió los labios bromeando.

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