17 - 'Los dos justicieros'

214K 28.9K 121K
                                    

Nada que ver pero hoy en esta cuenta hemos llegado a los 400k y me hacía ilusión decirlo AAAAA perdón podéis seguir ya no molesto más bye :,)

17 - LOS DOS JUSTICIEROS

El corazón me late a toda velocidad cuando dejo a Jana en el asiento trasero y vuelvo corriendo al bar. Foster ha intentado salir por su cuenta, pero ha tenido que apoyarse con un hombro en el marco de la puerta con un gruñido de dolor. El brazo no deja de sangrarle.

Me pongo a su lado y me paso su brazo bueno por encima de los hombros al instante, ayudándolo a llegar al coche.

—Joder —murmura con una mueca de dolor—, hacía muchos años que nadie me apuñalaba con obsidiana, no recordaba que doliera tanto.

—Habla bien —bromeo, en medio del caos.

—Que te jodan —y sonríe, también en medio del caos.

Foster suelta otro resoplido de dolor cuando lo apoyo con cuidado en el asiento del copiloto. Intento no poner una cara rara al ver que tiene el brazo casi completamente cubierto de color negro, como si estuviera perdiendo la movilidad lentamente. Me aparto de un salto, aterrada, y cierro la puerta antes de rodear el coche y sentarme en lugar del piloto.

—Es manual —me dice Foster, acomodándose con una mueca de dolor.

¿Manual? ¿Qué dice éste ahora?

Debe verme la cara de susto, porque frunce un poco el ceño.

—¿Qué pasa?

—Eh... ¿es un buen momento para confesar que solo he conducido una vez y me estrellé contra una pared?

Foster abre los ojos como platos.

—¿E-eh...? —su voz sube diez decibelios.

—¡No pasa nada! ¡Hoy nos lanzamos a la aventura!

—¿Eh? No, no, ¡esper...!

Doy un acelerón tan brusco que los tres nos quedamos pegados al asiento. Foster tiene cara de horror absoluto y Jana murmura algo en medio de su estado inconsciente.

—Vale, para el coche —me dice él urgentemente—. Mejor llamamos a...

—¿Y cómo los llamo? ¿Con señales de humo? ¡Eres el único de toda la maldita ciudad que tiene móvil!

Aprieto el embrague a fondo y cambio de marcha, haciendo que el coche entero cruja. Foster suelta un gimoteo, como si le doliera a él, y cierra los ojos como si no quisiera ver el desastre.

—Me han apuñalado con obsidiana, pero voy a morir porque nadie tiene móvil —se lamenta, riendo.

—¡Que no vas a morir, cállate ya!

Otro acelerón. Igual sería mejor frenar un poco en las curvas, porque como vuelva a hacer eso Jana saldrá volando por una ventana.

—Como consigamos llegar a mi casa sin matarnos y no haya nadie —Foster suelta una risita nerviosa—, no estoy muy seguro de si me voy a poner a reír o a llorar.

—¡No digas eso! —le chillo, presa del pánico, empezando a subir la colina dando acelerones y frenazos—. Y... ¡háblame!

—¿Te parece el mejor momento de nuestras vidas para mantener una conversación, Vee? ¿En serio?

—¡Que me hables para que... sepa que no te has quedado inconsciente! ¡Dime algo! ¡Lo que sea!

—Tengo una flecha atravesada en un brazo.

La reina de las espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora