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Renjun dio un pequeño grito cuando despertó, se sentó rápidamente en su cama, sus pequeñas manos presionaban las sabanas sobre él, miro rápidamente alrededor para asegurarse donde estaba, su pecho subía y bajaba con fuerza mientras que el sudor bajaba por su frente, estaba en casa, en su habitación y en su suave cama.

Quería llorar, había estado tan asustado, sus manos aun temblaron cuando aparto las sabanas y bajo de la cama, sus piernas se tambalearon y su visión se hizo un poco borrosa por las lágrimas, estaba en casa, no en aquel horrible lugar, no tenía por qué tener miedo, pero todo su cuerpo quería alejarse de aquella oscuridad.

Amaba su habitación, sus príncipes habían preparado la habitación a su gusto, poniendo todo lo que quería, aun parecía una habitación elegante, pero había estuches llenos de pinturas, lápices de colores, hojas, lienzos, todo lo que su pequeño había deseado alguna vez para poder dibujar lo que quisiera, algunas cajitas con bolsitas de té del que tanto amaba, caramelos en fila justo al lado de su escritorio por ti tenía algo de hambre prometiendo no comer demasiados para no quitar su apetito.

Tenía más que lo necesario en su habitación, con un vaso de agua posándose justo al lado del comunicador.

Renjun miró el comunicador en la mesita de noche al lado de la luz, no encendería la luz, había suficiente con la luz de la luna sobre la ventana, además, no quería que los sirvientes vieran la luz encendida y corrieran a ver que sucedía, pero tenía ese tonto comunicador.

Jaemin había insistido cuando lo compro, eran tres, uno para cada habitación, ya que no podían estar juntos todo el tiempo, quería saber en todo momento como estaban los otros dos. Jeno estuvo de acuerdo al momento, pensando que sería una buena forma de alertarles cuando algo estaba mal, las habitaciones estaban muy separadas la una de la otra para saber si algo sucedía, así que tener un comunicador con una frecuencia especial para ellos era una muy buena opción.

No tenía permitido apagarlo, sobre todo por las noches, pero bajaba el volumen para no escuchar a los otros dos príncipes, no le molestaba, pero Jeno roncaba demasiado alto a veces y Jaemin hablaba entre sueños, amaba a ambos príncipes, era divertido verlos o escucharlos dormir cuando estaban juntos, pero si no los sentía cerca, encontraba torpe escucharlos sin poder hacer nada para calmar sus ansias de sentir ambos cuerpos.

Tomo el comunicador entre sus manos mirándole con una pequeña angustia, se levantó mirando hacia la puerta como si esperara algo ¿Le habrían escuchado?

No estaba seguro si había gritado muy alto, si le escucharon levantarse o algo, pero no era algo que quisiera, ambos príncipes estaban demasiado ocupados al día siguiente para molestar sus sueños, tenían que dormir bien o alguno estaría de mal humor y no quería que alguien más pagara ese mal humor porque, claramente, él nunca pagaba el mal humor de alguno pero se sentiría mal por el que sí lo hacía.

Se sentó con el monitor en las manos y miro hacia la puerta como si esperara algo, pero nada paso, suspiró pensando en volver a acostarse, pero estaba demasiado asustado para eso, no podría dormir solo, quería al menos una mano para sujetar y sentirse seguro, así que se levantó, dejo el monitor en la cama y camino hacia la puerta.

Iría a la habitación de uno, lo decidiría saliendo de la suya, quizás la más cercana, quizás la de Jaemin porque el pelirosa siempre le mimaría y le daría consuelo después de un mal suelo ¿O sería mejor la de Jeno? Jeno le acurrucaría a su lado sin hacerle demasiadas preguntas, lo abrazaría para hacerlo sentir seguro y solo dormirían así.

Aunque seguramente solo se escabulliría a la cama de alguno esperando no despertarlos y dormiría en silencio, deseaba mucho un poco de consuelo, pero no quería ser una molestia.

Abrió la puerta saliendo y justamente chocando con algo suave, cerró los ojos por la impresión, pero apenas olio el suave algodón supo de quien era, levanto la mirada hacia el más alto e inmediatamente se sintió un poco mejor al ver la tierna mirada de Jaemin de preocupación.

Al otro lado, a unos pasos del pasillo, estaba Jeno con aquella misma mirada.

Se quedó sin palabras, se sintió terrible por haberlos despertado y hacer que fueran hasta ahí, pero también estaba aliviado, tan aliviado que simplemente abrazó a Jaemin enterrando su rostro en la suave tela de algodón sollozando por todo, por la pesadilla, por tenerlos con él, por haber sido una molestia.

—Lo siento—murmuró aferrándose al pijama de Jaemin, sus manos presionaron la suave tela de la espalda mientras lo abrazaba, quería disculparse por despertarlos, pero tampoco quería que lo dejaran solo.

Sintió la mano de Jaemin acariciando su cabeza, pasando por los mechones de cabello y el suspiró del más alto.

—Está bien bebé—tarareo con un dulce tonó—Estas a salvo—

Las lindas palabras hicieron que su cuerpo se liberara, comenzó a llorar en silencio por el terror que había sentido, el miedo de volver a vivir la vida que tuvo antes que esa, estaba tan feliz por sentirse amado.

Renjun asintió relajándose ante el contacto y el afecto, olfateo un poco más el suave olor a flores de Jaemin para recordarse a él mismo donde estaba, justo antes que qué Jaemin tomara su barbilla para levantar su cabeza y que les viera.

Ambos príncipes estaban juntos abrazándole, miro la linda sonrisa en el rostro de Jaemin, el más alto acaricio con ternura la mejilla de Renjun y sintió las manos de Jeno presionando su cintura detrás de él.

—¿Por qué le quitase el sonido al comunicador?—

Renjun quiso reír, no había pensado en eso ¿Cómo iba a saber que sus dos príncipes le habían escuchado si le había quitado el sonido al comunicador? Había sido tan tonto, ellos le escucharon, pero él no a ellos.

Sintió la respiración de Jeno sobre su cabello, el príncipe suspiró con tranquilidad, se había mareado al levantarse tan rápido por escuchar a Jaemin al otro lado del comunicador llamando a Renjun sin recibir respuesta, casi corrieron por el pasillo hasta encontrarse afuera de la puerta del más pequeño.

—Responde—exigió el mayor de los príncipes presionado un poco más al pequeño cuerpo contra el de Jaemin.

Renjun gimió en respuesta, quería cambiar el tema, no podía apagar el comunicador pero también fue tonto de su parte quitar todo el sonido.

Les dio una pequeña sonrisa inocente contestando con total honestidad—No quiero escucharlos si no voy a dormir con ustedes—

Jaemin rió entre dientes inclinándose un poco para besar los tierno labios—¿Por qué eres tan travieso bebé?—

Jeno suspiró de nuevo, se agachó besando el cuello de su adorable bebé y susurro.

—Quiero volver a dormir ¿Quieres dormir con nosotros bebé?—

Renjun asintió dejando que su cabeza reposara sobre el hombro de Jaemin, ambos príncipes se miraron entre ellos, tranquilos que de solo fuera una pesadilla, no algo peor.

Las pesadillas eran fáciles de controlar, no había problema, podían dormir juntos sin que nadie los molestara hasta el día siguiente.

—Vamos—Jaemin murmuro tomando las manitas de Renjun para que le soltara por unos momentos y poder caminar.

Que importaba a que habitación fueran, mientras estuvieran los tres juntos.

Cheessecake [Norenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora