Capítulo 15.

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—Has llegado antes de hora —sonreí. —Marjorie no es capaz de soltarme.

Quería levantarme de la cama y alcanzar sus labios, pero Ethan fue quien se inclinó hacia delante y me dio un tierno beso. Al anhelar su boca no quería que se detuviera; el problema es que no estábamos solos.

—Te dije que te adora —me recordó.

El pequeño demonio terminó convirtiéndose en una preciosa niña que no se alejaba de mí. Las ordenes de Ethan no era la única excusa para seguirme...parecía que realmente estaba aprendiendo a quererme. Al fin y al cabo algún día seríamos familia.

Una risa tonta por mi parte casi despierta a Marjorie.

— ¿De qué te ríes?

Sacudí la cabeza.

No quería decirle que imaginé un futuro juntos (era demasiado empalagoso hasta para mí). Prefería vivir el presente con una enorme sonrisa, antes que preocuparme por un futuro que podía pasar cualquier desgracia.

—Te he echado de menos, Stripper —susurré lo último.

—Ya estoy de vuelta.

Me moví junto a su hermana para hacerle un hueco en la cama.

Sus dedos juguetearon con el flequillo que me calló sobre la frente. Sonrió con la misma dulzura de siempre, e intentó acercarse un poco más hasta mí. Acomodó la barbilla sobre la pequeña cabeza de su hermana y, cuando me acerqué para besarlo yo en ese momento, algo lo detuvo.

— ¿Pasa algo?

«Si me he lavado los dientes

—Débora vuelve a pasar las noches en Poom's.

Automáticamente mi cabeza me mostró lo que pasó:

Ethan terminó desnudándose delante de ella, y la bruja lo toqueteó sin descaro alguno.

Gruñí enfurecida.

Una cosa era ser profesional...pero esa mujer...esa loca quería mucho más de Ethan.

—T-t-t-te...—no podía hablar.

—Me ha ofrecido un puesto de trabajo. Dice que podría ser su ayudante de confianza —sus azulados ojos se cerraron. —Ya sabes qué pasa cuando trabajas con ella; Buen sueldo; fines de semana libres; y se acabó trabajar por la noche. Estoy cansado de ganar un sueldo de mierda y no poder ayudar más a mi madre.

Entonces había aceptado.

Y yo no era nadie para impedírselo.

—Bueno...

—No he aceptado, Freya —dejó de tocar mis mejillas, y atrapó entre sus dedos un fino mechón del cabello de la niña. —Esa mujer no quiere que sea únicamente su empleado. Quiere mucho más. ¿Qué se piensa la gente? ¿Qué por bailar voy a venderme? No me he acostado con nadie por dinero, y no lo voy hace...

Lo callé.

—Gracias.

— ¿Por qué?

—Por alejarte de ella.

Al menos Ethan era de los pocos que podían ver la maldad de esa mujer. Byron no merecía una madre como ella (lo alejó tantas veces de mi lado, que no quería ni imaginar qué pasaría con Ginger).

—Dice Daniel que esa mujer ya te visitaba desde hace tiempo.

Si él no quería contármelo, lo respetaría.

¡Mi vecino es stripper!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora