2| Día tres: La primera noche.

171 27 37
                                    

Mordisqueé sin cesar la tapa de mi bolígrafo, sin poder concentrarme en lo escrito en el cuaderno frente a mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mordisqueé sin cesar la tapa de mi bolígrafo, sin poder concentrarme en lo escrito en el cuaderno frente a mí.

Mi mirada se desvió a la ventana abierta de mi habitación, solté un suspiro y sintiéndome derrotada, dejé caer mi espalda sobre el respaldo de la silla.

Giré completamente sobre mi asiento y miré a Nick, quien se encontraba recostado boca abajo sobre mi cama y sumergido en la lectura de sus apuntes.

Estaba claro que no lograría obtener buena nota en el último examen.

Gruñí con frustración, soltando el bolígrafo sobre mi escritorio y levantándome totalmente abatida de mi asiento. Di unos cuantos pasos antes de dejarme caer en la cama al lado de mi amigo.

Él rio entre dientes antes de que su mano me diera unas torpes palmaditas sobre mi pantorrilla derecha.

Rodé sobre la cama, quedando boca arriba mientras contemplaba mi techo decorado con imágenes de mis bandas de música favoritas, una bandera del orgullo LGBT+, y algunas fotos de mis celebrity crushes.

—Tres años... —murmuré mientras divagaba entre mis pensamientos.

Nick soltó un sonoro suspiro antes de girarse y tumbarse a mi lado, ambos mirando el techo. Giré mi rostro en su dirección y lo miré con ojos de cachorro.

—¿Cómo es que no lo sabía? —pregunté y sin poder soportarlo terminé derramando una lágrima debido a la frustración.

Había estado hundida en mi tristeza desde que había descubierto que Alila Blake aparentemente tenía un novio del cual yo no sabía de su existencia, hecho que lograba hacerme sentir como una completa tonta cada vez que lo recordaba.

Mi amigo hizo una mueca antes de acogerme entre sus brazos y atraerme contra su fuerte pecho, permitiéndome refugiarme en él.

—Shh... —siseó en voz baja—. Ya está, Dani.

Esta enfermedad llamada "corazón roto" llevaba en mi sistema dos días enteros y los síntomas eran el sentirse derrotada y completamente desanimada.

Toda la situación me había dejado un sabor agridulce.

Por un lado, había podido por fin interactuar con Alila Blake. Pero por el otro, estaba realmente alterada por no saber de la existencia de su evidente novio.

Me separé de mi amigo, llevando mis manos hasta su pecho y recargándome sobre ellas para poder mirarlo desde esa posición.

—No lo entiendes, Nick —sentencié frustrada—. No llevo tres años enamorada de ella como para que hasta ahora me entere de que es heterosexual y para colmo tiene una relación.

Nick echó la cabeza hacia atrás antes de soltar una risita.

—Te recuerdo que yo estuve enamorado de ti durante cuatro años antes de que me rechazaras. Y después de eso pasaron otros tres años antes de que me confesarás que eras lesbiana.

Corazones de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora