XXIII

12K 890 93
                                    

Aparecí después se casi un mes pero aquí tiene el capítulo del día de hoy recuerden que la madrugada es un buen momento.

Seis meses después…

Sinceramente no comprendo para que la reina me quiere en esa reunión, pero quiere que esté presente y por eso me trajeron ese vestido azul tan ostentoso y complejo que me hace lucir como una verdadera mentira. Parezco una estúpida con esta cosa puesta.

Nadie me escoltará a la reunión así que tengo una idea para cambiarme esta cosa de tela azul. Tomo mi celular para mandarle un mensaje a Gretel, es quién conoce mi talla de vestidos y quién puede mandarme lo que necesito.

Así que me pondré algo que vaya conmigo, con lo qué la gente común usa, que yo no necesito esta cosa para ser alguien importante. Y sí luzco como prostituta es cosa mía, no de ellos.

Espero alrededor de unas dos horas para que mi pedido llegué a mis manos. Abro la caja para ver el vestido que quería desde hace unos meses, este ejemplar cuesta lo que ganaría en un mes y medio de trabajo.

Sonrió al verlo.

Lo pongo en mi cuerpo antes de ir a arreglarme la cabeza para ponerme bonita, unas sombras tranquilas en los ojos y un labial tinto en los labios. Cuando estoy lista me levanto de la silla y salgo al pasillo para no encontrar a nadie, así que empiezo mi camino a dónde la reunión se llevará acabo.

Algunos guardias se sorprenden de la ropa que llevo puesta, pero no es algo que me importé mucho, estoy casada con alguien que me quiere y que muy a su manera me lo demuestra. Además de que me roba altos gemidos en una noche de sexo largo.

Así que no me siento mal por eso.

Al llegar a la planta baja, camino un par de pasillos hasta llegar a dónde será la estúpida reunión a la que me solicitaron. Los guardias abren la puerta para dejarme pasar, les regalo una sonrisa radiante a todos. Pero la cara de la reina es poesía pura por el vestido que traigo puesto.

Es pegado al cuerpo que se ve muy bonito. Mi cuerpo resalta a la perfección en este vestido entallado, por eso me gustó cuando me lo medí hace unos meses. Y más porque no he engordado y eso es lo mejor.

—Buenas noches—saludo antes de avanzar y buscar a mi esposo.

Samuel sonríe antes de hacerme la mueca de que me acerque a él, mis pasos me llevan a mi marido que me toma de la cintura antes de darme un beso delicado en los labios.

—No es bueno que dé una junta con una erección—sonrío antes de darle un beso en contestación al suyo.

—También te quiero mucho.

—Luego dormimos.

Sonrío al saber que ese dormir no será dormir precisamente, me dejará sin aire en la cama mientras él piensa en otra forma de meterse en mi interior o de darme placer.

Me regala un beso en los labios antes de tomar mi cintura y conducirme a su silla en me quedo de pie a su lado, pero tiene su mano puesta en mi cintura y con su dedo pulgar da leves masajes.

La reina no me dice nada por la ropa que llevo puesta así que sigue con lo que tienen pensado para hoy.

Las puertas de la estancia se abren y entran un hombre joven con piel morena y cabello negro azabache. Parece que viene de la india, hay otros seis hombres con él, pero por la forma en que le dan respeto es un príncipe.

—Un placer que me hayan recibido—comenta el joven en perfecto Comarquez.

—El placer es nuestro al recibirlo—dice la reina con dulzura.

La Corona Del Príncipe (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora