| Veintidos |

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África me había jurado y perjurado que Cárter no iba a estar aquí, en la fiesta. Y eso espero.

Se me remueve el estómago solo de pensar en nuestro último encuentro.

Mi mejor amiga a mi lado se frota las palmas de las manos:–Bueno, vamos a empezar la noche. ¿Qué te apetece beber?

–Larios con fanta de limón.

–Marchando- se gira parar hablar con el que lleva el tema de las bebidas y cuando ya tiene los vasos, me da uno.–¿Damos una vueltecita para ver que se cruce?- pregunta dando un sorbo a su bebida.

Asiento imitando su acción y ponemos rumbo a un lugar no concreto.

Mientras andamos, me fijo en África: alza el cuello para poder ver entre la gente y veo como intenta encontrar a alguien.

Y ahí lo entiendo todo.

Me ha dicho de venir a esta fiesta por alguien específico.

–¿A quien quieres ver, África?- preguntó alzando una ceja.

Me mira rápidamente -¿Qué? A nadie–dice mintiendo.

–Vamos, te conozco. No hace falta que me mientas, perra- le digo de forma amigable

Vaaale- dice alargando la a –se llama Spencer. Es hijo de un amigo de mi padre.

–Pues vamos a buscarlo- cojo su mano y la arrastro en busca de su objetivo.

Tras quince minutos buscándole, África suelta mi mano –¡Es ese! Está ahí–exclama señalando con la cabeza –¿Cómo me veo? ¿Tengo el pelo bien?

Río por sus preguntas y asiento.

Nos bebemos las dos de un solo trago el vaso y es cuando me doy cuenta de lo cargado que está. Hago una mueca.

–Bien, vamos- coge mi brazo y tira de mí, hasta que llegamos a su grupo.

Cuando llegamos el tal Spencer y los chicos más que estaban con él se quedan en silencio.

–Oye, ¿No tendréis agua por ahí? Es que mi amiga le ha subido mucho el alcohol y el agua ayuda- me pega un codazo sin que se enteren para que le siga el rollo.

–Ah... Sí...- digo alargando falsamente la s- me he bebido hasta el agua del váter- me río más de la cuenta disimulando.

Y justo Spencer es el que habla –No tengo, pero te puedo conseguir. ¿Me acompañas?–se dirige a mi amiga.

Caray. Que fácil.

África asiente con indiferencia pero sé que por dentro se ésta muriendo. La conozco.

Y me deja sola con los dos chicos restantes.

–Esto...–digo sin saber que decir–Me llamo Nix, ¿y  vosotros?

–Te veo mal, ¿Quieres sentarte en el sofá?- dice señalando un sofá que hay al lado nuestro.

–No. No. Tranquilos, era todo para que mi amiga se fuese con vuestro amigo–me tapo la boca rápidamente con la mano al darme cuenta de lo que he dicho.–Mierda. Perdón.

Los chicos se ríen y me doy cuenta de que no son nada feos.

–Me llamo Jaime- dice el de pelo negro con ojos marrones.

–Yo soy Pablo–dice ésta vez el rubio de ojos azules. Clásico.

–Encantada, chicos- miro a mi alrededor y veo que África se está comiendo la boca literalmente con Spencer y me doy cuenta que esto va para largo–¿Tenéis instagram?

Ya que estoy, aprovecho yo también.

Los dos me dan sus móviles enseñándome su cuenta y cuando sigo a ambos decidimos sentarnos en el sofá.

–¿Qué os parece un trío?- suelta de la nada Pablo.–Es broma. Es broma.–ríe alzando las  manos cuando le miro con el ceño fruncido y es cuando me doy cuenta de que es el más bonito de los dos.

A estas alturas el alcohol me ha subido un poco.

No tanto como para hacer tonterías pero sí si como para que no tenga vergüenza y pueda hablar tranquilamente con estos chicos que están conmigo.

–Me habéis caído súper bien–digo sincera tras haber estado hablando con ellos durante varios largos minutos.

–A nosotros también–dicen al unísono riendo y yo me uno a ellos.

–¡Hola!- se acerca África con Spencer.–Veo que habéis congeniado. Toma–dice tendiéndome un vaso.–Para olvidar penas, ya sabes–me guiña un ojo.

Cojo el vaso y este también me lo bebo de un trago. No había pensado en toda la noche en mi hermano pero quería beber simplemente.

A los minutos me hace efecto y siento como me voy mareando cada vez más.

El alcohol me sube muy rápido.

Mierda, ya me he vuelto a pasar.

–Creo que me voy a ir al aseo a echarme un poco de agua–digo como puedo. Me levanto y cuando lo hago, tengo que volver a sentarme porque todo me da vueltas.

–Te acompaño si quieres–se ofrece Jaime pero niego.–Ya lo encuentro yo pero gracias, amigo–esta vez sí que puedo levantarme y hago mi camino hacia el baño.

Durante el trayecto, me doy cuenta de que no ando recto. Y varias veces tengo que agarrarme a algo o alguien por los tropiezos que hacen que casi me caiga.

Una vez en el baño me viene a la cabeza Enzo.

Qué bueno está mi hermanastro, joder.

¿Qué? No, Nix. No pienses eso. Es tu profesor también.

¿Y? Está bueno igual.

Cojo el móvil sin ser muy consciente de lo que hago.

Cuando marco el número me lo llevo a la oreja.

¿Nix? ¿Ha pasado algo?- la voz de Enzo hace que me suba más la temperatura.

Suelto un suspiro–¿Tú eres consciente de lo bueno que estás? Quiero decir... Tú te miras al espejo y dirás: Dios que bueno estoy, voy a mojar más bragas que el agua ¿no?

Nix...

–Me pones mucho, Enzo.

En otras circunstancias te hubiera empotrado como si fueses un mueble de Ikea, Nix–eso me puso más caliente de lo que ya estaba –Pero ahora mismo no me hace ni puta gracia. Estás borracha.

–¿Qué? Tsss. No–me río sin saber muy bien porqué.

–¿Quieres que vaya por ti?

–No. Estoy súper a gusto con mis amigos, Pablo y... Jaime y... ¿También está Spencer lo sabias?–digo como si él supiese quien es.

–¿Sí, cielo? Vale pues diles a tus amiguitos que te tienes que ir ya para casa–habla como si yo fuese un bebé pero en el fondo sé que está enfadado.

–No te enfades, porfa- noto como mis ojos se aguan. Madre mía que mal voy.

No, cariño. Voy para allá ve despidiéndote.

Y salgo del baño.

HOLA MIS NIÑXS BONITXS

POR FIN HE ACABADO LOS EXÁMENES FINALES Y PODRÉ ACTUALIZAR MÁS SEGUIDO :)

Ahora subiré otro más.

Estad pendiente a mi instagram estos días: @lidiasstorm

Os mando muchísimo amor.

–Lidia.

¿Mi hermanastro? Mi profesor.Where stories live. Discover now