Capítulo 17

35 6 11
                                    

—¿Nerviosa? —Raley pregunta observando el expediente colocando justo enmedio de ambos, ambos carcomiéndonos por abrirlo de una vez.

—Ansiosa diría yo, me intriga saber qué relación hay entre este señor y Darius.

—Yo igual, es obvio que algo tienen, ¿tanto se va tardar Hwan? Dios mío. —Se queja y yo busco al individuo con la mirada, no se veía.

Nos encontrábamos en mi patio, en una mesita bajo el sol pero con una sombrilla que nos protege, Raley mueve sus dedos tocando la madera generando un sonidito desesperante, como si estuviera tocando piano.

—Tranquilízate, estás peor que yo.

—Lo siento lo siento, estaba hablando asuntos importantes con Hunter. —Hwan se acerca a pasos rápidos, noto lo que lleva puesto: una camisa de vestir ajustada azul marino con unos jeans azules pero con un ligero tono más bajo que su camisa y unos zapatos cafés de vestir que le quedaban muy bien. Toma asiento con nosotros en la mesita para cuatro personas.

—¿Más importante que este señor?

—Que dramático Raley. —Hwan se burla.

—¿Listos?

Abro el expediente y posteriormente siento una ligera brisa en el rostro, mi cabello se mueve levemente hacia atrás levantándose, cierro los ojos por inercia disfrutando la brisa.

Mr. Ghost

No puedo hablar, no puedo moverme, estoy en una esquina de la cocina viendo mi antigua casa, ¿cómo llegué aquí?

Intento realizar un movimiento pero es imposible, lo que me hace pensar que quizá solo debería observar la escena, quizá para eso estoy aquí.

Mamá aparece caminando atravesando toda la sala, alguien toca la puerta sutilmente.

Ella alisa su mandil de cocina, a esa mujer le encanta cocinar y hornear, parece estar nerviosa o ansiosa esperando por algo.

Mi papá.

Entra por la puerta, ambos con el mismo semblante, dudosos de no saber qué hacer.

— ¿Lo conseguiste? —Ella inquiere nerviosa, ¿conseguir que?

Apenas entra el hombre —mi papá—, deja su maletín en el sofá y lo abre, saca una tarjeta entregándosela a Alice, mi mamá.

—Dios... —Ella pasa saliva seco—, ¿quién de los dos llamará?

—Yo no puedo hacerlo Alice... no puedo hacer esto así. —Papá mantiene sus ojos cristalizados, se inclina colocando una mano en su pecho, como si algo le doliera

—¿Crees que yo sí quiero? ¿Qué no es difícil para mí? —Su voz se rompe y eso me hace saber que al igual ella estaba en llanto.

—Búscalo y pregunta cuáles son los requisitos. —Habla firme evitando observarla viendo fríamente hacia otro lado de la habitación, le da pena mirar a mi mamá

—Stephen, sabes que si tuviéramos otra opción... —Él la interrumpe.

—Si tuviéramos otra opción ese niño nunca hubiera nacido, nos ha salido... —Toma un ligero suspiro para concluir—. Mal.

—¡No digas eso! —Ella levanta su voz

—No lo hagas más difícil, Alice. —Dice duro, lastimando a mi madre.

Se marcha de la habitación dejando a mamá con su boca entre abierta, suelta una lágrima sin parpadear, como si fuera una puñalada.

Demonios.

Ángel Guardián Negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora