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Adam la llevó hasta la escuela por la mañana.

-Voy a venir a buscarte más tarde.- dijo él. Ella asintió- ¿Cuántos tatuajes son?

-33.- dijo ella y bajó del auto.

Entró en la escuela dirigiéndose al lugar en el que debía ir a boxeo.

-Wow.- dijeron al verla entrar.- Mírenla chicos, parece que alguien decidió revelarse.

Jonson, Federic, Carl. Ella apartó la vista y se dirigió a una banca dejando sus cosas.

-Hay que admitir que así esta mucho mejor.- dijo Federic, mirándola de pies a cabeza.

-Si la seguís mirando así no vas a poder divertirte ni esta noche ni ninguna más.- la voz ronca resonó y los tres chicos voltearon.

Laslie vio a Bastian de pie en la puerta del gimnasio, una pequeña sonrisa se formó en sus labios, no era usual que la defendieran. El chico se acercó y se sentó a su lado.

-Gracias.- susurró ella.

-No hay de qué.- dijo él, seco.

Había odio en el tono de voz de él pero ella estaba acostumbrada a que la odiaran todos ahí. Cuando el profesor Parker entró, ella subió al ring con Jonson.

-No quiero lastimarte.- susurró él sinceramente cuando estuvo cerca de ella.- No soy como ellos.

-Dale, marica.- gritó Federic.

Pelaron un rato y luego subieron Bastian y Federic al ring. Los dejaron irse después de un rato.

-Laslie,- llamó el profesor antes de que ella saliera.- la señorita Mindy me pidió que no te dejara seguir con esto. Quiere que asistas a su academia y quedes exenta del curso de verano.

Ella lo pensó unos segundos. ¿Realmente quería seguir asistiendo junto a Carl, Jonson, Federic y Bastian?

-Mañana a primera hora estoy allá.

Salió de la escuela y subió al auto de Adam. Bastian la miró con odio. Porque eso hacía, la odiaba.

Por la mañana siguiente ella subió a su moto algo nerviosa y condujo hacia la academia de baile. La danza clásica siempre había sido su más grande pesadilla pero ahí estaba otra vez con sus mallas y su rodete desprolijo. Ahí estaba otra vez evitando verse al espejo, tomada de la barra rodeada de desconocidas que ya la veían como una competencia para su futuro. No creyeron que tuvieran que enfrentarse a Laslie Smith, la mejor bailarina con la que la academia había contado.

-¿Tenes algún problema con mis tatuajes?- le preguntó a una de las chicas que no dejaba de mirarla.

-Las bailarinas no tienen tatuajes.- dijo la chica con aire presumido.

-Hay algunas que pueden darse ese gusto.- dijo Mindy, una mujer de estatura mediana y cabello rojizo.

-Hola, Mindy.- dijo Laslie.- Llevamos mucho sin vernos.

-Menos de lo que crees.- dijo la mujer.

-Un largo año.

-Bastante largo.-concordó la mujer.

Pasaron el resto del tiempo practicando coreografías que ella ya sabía perfectamente. Una vez que pudieron salir, ella se apoyó en su moto y prendió su cigarrillo. Una vez terminado, decidió volver a su departamento. Se fumó otro cigarrillo al llegar, sentada en los escalones de la entrada.

-No podes fumar si tenes asma.- dijo Adam a su espalda.

-Si puedo.- dijo ella, apagándolo.- No debo pero si puedo.

-Te fui a buscar a la escuela y...

-Si vuelvo a la academia quedo exenta de esas actividades.- le cortó ella.

-Pero odias la academia.- dijo él sentándose a su lado.

-Odio mas la escuela.- dijo ella apoyando su cabeza en el hombro de él.- ¿Vamos a comer algo?

-Si, mi amor.- dijo él, ayudándola a ponerse de pie.

-Voy a salir a la tarde.- dijo ella una vez que terminaron de comer.- Solo un rato.

-Laslie.- llamó él. Ella volteó y lo miró.- ¿Vas a contarme después?- ella asintió. Su hermano quería saber de su vida pero ella no estaba segura de querer revivir su pasado.







No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora