•3•

352 27 11
                                    

Este one-shot contiene sangre y suicidios, quedas avisado.

El azabache estaba en sus últimas. Estaba tirado en el suelo, siendo defendido por su esposo, Hizashi. Las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos, estirando la mano hacia el contrario, susurrando repetidamente su nombre.
El rubio, finalmente escuchándolo, soltó un último grito antes de agacharse al lado de su pareja, aprovechando la debilidad del contrincante.
—Tranquilo Sho... en cuanto terminemos esto, te pondrás bien...—dijo sonriendo débilmente, dándole un beso en los labios. El último beso.
Yamada agarró al contrario en brazos, al estilo princesa, y lo alejó al máximo, dejándolo con un conjunto de héroes que habían, heridos también. A pesar de las quejas y llantos del pelinegro, Mic salió corriendo, dispuesto a volver a la lucha.

...

Pasó una semana desde el ataque.  Shōta por fin había salido del hospital. Estaba algo vendado, pero al menos no fue nada grave. Marcó varias veces a su esposo, pero no contestó. Pasó por casa y algunos lugares que solían ir, pero nada. Decidió ir a la UA, ya que, a pesar de ser sábado, solían haber algunos profesores para hacer los horarios y todo eso.
—Buenas...—dijo entrando a la sala de profesores, viendo como una extraña aura triste invadía el espacio. Allí estaban Nemuri y Toshinori, ambos sentados en el sofá. La chica estaba llorando, con la cabeza entre las piernas, mientras que el mayor simplemente negaba con la cabeza, soltando algún suspiro.
—¿Que ha pasado?—preguntó extrañado, sentándose al lado de la joven.
—Hizashi...—susurró entre llantos, sacando la cabeza para amarrarse corriendo al azabache—no han encontrado señales de él, Shōta... algunos creen que se lo llevaron... otros creen que está muerto.
El pelinegro sintió algo por dentro. Un dolor en el pecho que, si seguía así, podría matarlo. Notó sus ojos cristalizarse. Se levantó y salió corriendo, en dirección donde lucharon hace una semana.
Estuvo buscando, hasta encontrar un pequeño rastro de sangre. Comenzó a seguirlo. Al llegar al final y levantar la cabeza, no pudo evitar caer al suelo, pasando de esa cara de curioso a una de terror, volviendo a sentir las lágrimas caer más rápido por sus mejillas. Efectivamente, Hizashi estaba muerto. Estaba ahí tirado, con los ojos aún abiertos, y la ropa toda manchada de sangre. En el cuello, tenía un notable agujero, dejando ver parte del interior. Solo que faltaba una cosa... las cuerdas vocales. Habían terminado cruelmente con el héroe, y Shōta lo sabía.
Se levantó como pudo, sintiendo las ganas de vomitar cada vez más cerca, y salió corriendo, sin mirar atrás.

...

Shōta no volvió a aparecer por la escuela. No se supo de él, solo por las noticias.
"Un hombre de cerca de los treinta años de edad ha sido hallado en su apartamento sin vida."
Nemuri fue llamada para recoger las cosas de sus compañeros, agarrando unas hojas que habían encima de la mesita de noche.


''Querida Nemuri:

Como ya sabrás, encontré a Hizashi hace unos días muerto. Eso me hirió, y no un dolor físico... un dolor interno, que me perseguirá el resto de mi vida, vaya dónde vaya. Este dolor me ha atrapado de forma rápida e inesperada... por eso no pude escapar. No quiero que lloréis por mi, no quiero ni que os acordéis de quien soy... de quien era... de quien conseguí ser. Sé que tanto tú, como Toshinori y los alumnos pensaréis que era un buen héroe... pero no conseguí salvar a la persona que más me apoyó en su momento... que estuvo a mi lado.  Por eso he decidido seguir su camino junto a mi buen amigo Shirakumo. Los tres éramos inseparables, y ahora volveremos a serlo. Se como una madre con todos mis alumnos... trata de controlar a Bakugou, cuida como un niño a Izuku, vigila de cerca a Mineta... pero lo más importante... quiérelos. No olvides quererte a ti, y no descuides tu trabajo... pero tampoco a ellos. 
No creo poder aguantar mucho más, así que... aquí me despido.
Te quiero,

Shōta Aizawa.''

Unas lágrimas volvieron a brotar en el rostro de la mujer, ahora acercando la carta a su pecho para abrazarla, cayendo de rodillas al suelo. 
—Eres tan idiota...—murmuró entre sollozos, intentando levantarse del suelo, secándose las mejillas con una manga.
—Gracias, idiotas—dijo, ahora sonriendo, saliendo de esa casa. Para siempre.


Y hasta aquí. Este capítulo no tendrá nada que ver con los otros one-shots, aunque posiblemente haga un capítulo de despedida o algo así, con todos los alumnos de la clase 1A, profesores, etc.
Gracias por leerme,
Kyo.



-Black and Blond- (Aizawa x Hizashi) -One Shots-Where stories live. Discover now