22 de julio de 1868: Vestidos y fantasmas.

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22 de julio de 1868: Vestidos y fantasmas.

22 de julio de 1868: Vestidos y fantasmas

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La joven bajó las escaleras a toda prisa. Su conversación con Joy había terminado.

-Ella siempre tendrá una parte de mi ama. -y eso había sido todo. Joy había guardado silencio y sus ojos impenetrables no bajaron la mirada. Parecía como si su cuerpo estuviera ansioso de hacer algo más, algo que su mente no le permitía hacer.

Bridget se había alejado de él y le había dicho que necesitaba hacer unas cuantas cosas. Joy le había sonreído y se había echado en la cama a dormir.

Brid soltó un suspiro y se apartó el cabello del rostro con un suave movimiento. Los rizos escarlatas reflejaban la luz del sol.

-No me parece que su atuendo sea el más indicado para andar vagando por los pasillos de la academia. -una desconocida vocecilla a sus espaldas la hizo girarse de golpe. Había un par de chicas en medio del rellano, con cabellos plateados que caían sobre sus hombros como si de agua se tratase.

- ¿Disculpa? -Brid las miró un momento. Una parte de ella se sentía avergonzada por generar tales pensamientos en los otros, pero otra parte estaba terriblemente molesta de que alguien opinara sobre su atuendo.

Sin embargo, cuando sus ojos encontraron a ambas chicas, se le revolvieron las entrañas. Eran peculiarmente hermosas. Cuando descubrió que eran gemelas, se le encogió el corazón al recordar a su hermana.

-Soy Donna. -susurró un de las chicas, quien llevaba un ceñido vestido de terciopelo rojo y una capa cubriendo sus hombros. -Y ella es Danno. Ya nos conoces.

Brid se atragantó con su propia saliva. Cuando se recuperó, se recargó en uno de los muros y las miró con demasiada confusión.

- ¿Las gatas de Joyland? ¿Cómo puede ser posible?

-No somos gatas. Somos demonios. Y, como espero sabrás, los demonios podemos tomar la forma que queramos, sea humana o no. -respondió la otra chica, Danno. Bridget se frotó la frente. Era demasiada información que necesitaba procesar.

-No es necesario que pienses sobre nosotras Bridget. -continuó Donna, acercándose a la chica. -Solo vinimos a ayudarte.

- ¿Ayudarme? -Bridget las miró detenidamente y fue entonces que Donna envolvió su brazo con el de la joven de cabellos rojos.

-Con esa andrajosa ropa. -respondió Danno, acercándose a las chicas y meneando las caderas.

- ¿Qué tiene de malo mi ropa?

-No es apropiada, no a menos que estés en una cama. -aseguró Donna.

-Y si es con un muchacho, mejor.

- ¿Muchacho? No...no, eso jamás. -Brid sintió sus mejillas arder.

- ¿No hay muchacho? -preguntó Donna, mirándola de reojo.

LOS BRUJOS DEL NOCTUM ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora