《No se involucren》

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PRIMERA PARTE 

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''Lo se, se que necesito apoyo,
se que no puedo con todo esto solo,

pero mi mente es un caos,
y no quiero depender de alguien
 que puede alejarse cuando termine de ver el desastre que soy'' 

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TIC...


                    TAC...


  TIC...


                      TAC...


El sonido del reloj extrañamente resuena en sus oídos, no sabe cuándo perdió la noción del tiempo, mucho menos cuando fue que se sentó en el sillón en medio de dos de sus compañeros de clase, con su mirada perdida y nublada no quiere ni molestarse en mirar quienes son.

Aparentemente Mina no ha dejado de hablar pues sigue moviendo los labios, nota que es algo divertido lo que dice, no porque la esté escuchando sino porque ve a los que están junto a ella estirar los labios riéndose y se pregunta si realmente sería tan divertido oírla, intuye que sí, Ashido es del tipo de persona carismática que ve lo bueno en casi todo y goza las desgracias que le sucedan. Inevitablemente la envidia, quizá con su personalidad podría afrontar su situación con una sonrisa, pero luego se da cuenta de que eso no solucionaría nada y lo lleva al lugar donde empezó su desastre mental, una pregunta que lleva clavada en su pensamiento desde hace un buen rato:

"¿qué hacer?"

La respuesta es un cuadro blanco, uno difuminado con gris porque su propia existencia le es confusa en ese momento.

Pestañea, volvió a fundirse en sus exagerados pensamientos, no lo podía evitar y tampoco es como si trata de hacerlo realmente.

Siente las miradas de sus compañeros sobre si, percibe sus manos temblar levemente pues, en lugar de sentir la genuina preocupación de sus amigos, lo único que logra percibir son miradas cargadas de un sentimiento inexplicable pero que le aterroriza y lo hace sentirse muy pequeño.

Agacha la cabeza instintivamente y comienza a ponerse nervioso, no quiere llamar la atención, pero todos en la sala notaron su, innegablemente, mal estado.

Y para mal de todos, quieren forzarlo a recibir ayuda que, aunque la necesita, no le conviene a su delicado estado.


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Regresemos en el tiempo, en el salón de clases a la misma hora que Izuku aun yacía dormido:

¡¿Soy... el hijo de un villano?Where stories live. Discover now