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Mercurio estaba en la habitación de luces rojas y verdes, Ashton estaban en la cama casi desnudo si no fuera por sus pantalones cortos y sus medias azules. Él se encontraba fumando y leyendo un libro cualquiera. Mercurio solo estaba con su ropa interior negra, y una bata de seda, mientras retocaba su maquillaje y arreglaba su cabello. 

-Esto es una mierda, cada día es peor. 

-Es el destino el que nos metió en el infierno, vivimos de demonios y nos alimentamos de los mismos... No hay nada que hacer-Dijo Ashton, lamentándose. Se levanto de la cama y fue hacia Mercurio, con suavidad comenzó a hacerle masajes en sus hombros, despacio. 

-Ashton, me gustaría tener una vida, una familia, ser algo que no sea motivo de desprecio.

-Mercurio, tu no das desprecio a nadie, eres preciosa con esa pálida piel suave.-Ashton se agacho y deposito un pequeño beso en la mejilla de la chica y los dos contemplaron sus reflejos en el espejo rectangular.-Seremos libres... lo prometo. 

La chica se dio vuelta y beso los cálidos labios del chico, cuando se separaron se sonrieron con ternura y sus ojos brillosos por las luces de colores. Mercurio se puso de pie y acaricio el pecho del chico, este solo continuo fumando. 

-Si somos libres, seremos libres juntos. ¿No?

-Jamáz te dejaría-Dijo Ashton sincero, luego comenzó a sonar un timbre irritante, los chicos se miraron... era hora, la maldita hora. Ashton coloco su sobrero negro, y una camisa blanca, la chica simplemente permanecío casi desnuda y salieron de la habitación, caminaron por el largo pasillo tomados de la mano, no se miraron, hablaron ni nada, solo suspiraron resignados, no se podía hacer nada... subieron las pequeñas escaleras que daban al escenario y se miraron con amplias sonrisas en los rostros. Cada uno tomó posición en una parte del pequeño escenario, junto a otros actores más. 

La música comenzó a sonar, y el telón fue elebandose, los chicos, todos los chicos saludaron adecuadamente y el publico comenzó a aplaudir, había tanta ovación. Se escuchaban aplausos y adultos elogiar a las demás chicas del escenario. Ashton estaba harto de siempre repetir el mismo acto durante medio año, y luego evolucionar un poco más. Solo era sexo, y eso es tan asqueroso y repugnante cuando no hay amor, y Ashton solo quería darle amor a Mercurio. 

La obra comenzó, el publico estaba expectante y de vez en cuando Ashton lloraba en los medios tiempos. En los cuales los dos chicos aprovechaban a besarse y darse fuerzas para continuar haciendo de su vida, una mentira...

MercurioTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon