Capítulo 13

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Drake permanecía sentado en el sillón del señor Grey con la pierna izquierda estirada, la mueca constante de dolor en su rostro, su ceño contraído y su mano derecha presionando sus ojos como si realmente le doliera

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Drake permanecía sentado en el sillón del señor Grey con la pierna izquierda estirada, la mueca constante de dolor en su rostro, su ceño contraído y su mano derecha presionando sus ojos como si realmente le doliera. Caddy lo observaba estupefacta, debatiéndose entre la sorpresa por su descaro y la admiración por semejante teatrillo.

—Señor… ¿Debo llamar al doctor? Quizás se ha roto algo. —Murmuró el hombre, muy consternado. —Déjeme ver…

Drake abrió sus ojos rápidamente y se incorporó.

—No creo que sea necesario… Supongo que pronto estaré mejor.

—Por favor, es importante. Semejante golpe… —A pesar de su negativa, ya estaba acuclillado frente a él y había colocado la dolorosa pierna sobre el taburete. Drake rodó sus ojos sabiendo lo que sucedería a continuación y apenas segundos después, el grito de admiración resonó en la habitación que apenas estaba alumbrada por un viejo candelabro que pendía de la pared.

— ¡Santísimo Dios! ¡Bendito Padre Celestial! —Caddy, admirada se puso en puntillas para ver sobre el hombro del hombre y grande fue su sorpresa al ver aquella pierna maltrecha.  Drake blanqueó sus ojos mientras intentaba bajar su pantalón, estirar su pierna denotando alguna mejoría y verse recuperado.

—No se preocupe, buen hombre. Esa herida es muy vieja y me siento un poco mejor. Creo que no fue más que un susto del caballo y una mala caída.

— ¡¿Qué clase de herida?! ¡Pero si le falta un pedazo de carne!  —Caddy carraspeó y aunque cubrió su boca por la impresión, aguardó expectante la respuesta.

—Parte de la vida, de la historia de un hombre que ha viajado mucho y ha vivido demasiado. No se preocupe que estoy mucho mejor… Regresaré mañana a compensarlo por las molestias y por supuesto le pido discreción en el asunto, sobre todo por la señorita Miller que se ha visto envuelta en semejante incomodidad.

—Claro que sí… —La puerta se abrió de un golpe estridente y John se aproximó a grandes zancadas hasta su prima, a quien abrazó con preocupación. Tras él, el empleado a quien Grey había enviado, que luego de bajar la cabeza y ante la negativa de su señor, se alejó dejándolos solos.

— ¿Qué haces aquí? Dios mío… ¿Tienes idea los nervios que he pasado? Agradezco a Dios y a ese hombre por su cautela, de lo contrario todos en la casa estarían enterados.

—Lo siento, John… De verdad… —Cadence bajó la mirada. 

— ¿Qué dirá al respecto, señor Denson? —Había girado su cuerpo y con tono denunciante, preocupado y soberbio, le increpó.

—Pues, nada. —Respondió Drake mientras lo observaba con el ceño apretado, como si su respuesta fuera lo más obvio del mundo. 

—¡¿Cómo que nada?! ¡Está enredando a una señorita decente en semejantes circunstancias! Espero que responda como un caballero, como un hombre decente y responsable de sus actos; que reclame se mano y se haga cargo de este asunto como es debido. —Llevaba sus puños apretados junto a su cuerpo y el tono desafiante de su voz sorprendió a Cadence. Drake sonrió con sorna y exasperó a John aún más. — ¿Se atreve a burlarse? ¿Deshonrar a una señorita decente le parece gracioso? Le advierto señor, que no permitiré que alguien le falte el respeto a Cadence… —Ella se aproximó y entreabrió sus labios para explicarle que nada de eso había sucedido, pero Drake se le adelantó y avanzó dos pasos hacia él deteniéndose a escasos centímetros de su rostro. Con voz calma pero desafiante, respondió a sus provocaciones y reclamos pero sin mover sus ojos aguzados de aquel par, que demandaba.

—Quien no ha dejado de faltar el respeto aquí es usted, y no lo digo por mí, sino por ella, a quien no ha dejado de exponer como una baratija que desea regalar al primero que se ofrezca. —John apretó su puño y su pecho se aproximó a Drake dispuesto a golpearlo, pero Caddy se apuró y se interpuso entre ambos.

— ¡Nadie me ha deshonrado, John! El señor Denson cayó de su caballo y sólo me aproximé a socorrerle. —Drake sostenía la mirada a John quien inspiraba y espiraba agitado, conteniendo sus nervios, el fastidio ante su mirada inmóvil y la sonrisa de lado que parecía desafiarle.

—¡¿Y qué diablos hacías aquí y sola?! ¿Es que no aprendes?—Le reclamó con los ojos inyectados en rabia y reclamos. Caddy apenas balbuceó lo que quería ser una excusa.

—Contemplaba la noche y disfrutaba de la preciosa luna… —John continuaba agitado mientras Drake la observo con un dejo de sonrisa en los labios.

— ¡Vámonos de aquí!—Le reclamó su primo mientras la tomaba del brazo y prácticamente la sacaba a rastras de la casa.

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