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Caín.

Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.

Efesios 6:12

ºº

Sucio. Así me hace sentir ella. Sucio y extremadamente dependiente a su presencia, roce y voz. Cuando Grace me comentó sobre una cena para conocer a la familia de su futuro marido estuve tentado a negarme pero no podía hacerle eso, asique asistí a duras penas. Desde el encuentro que tuve con Edén en su departamento dejé de pasar horas con putas y drogarme en el club y me mantuve sobrio en mi departamento, rogando que toda sustancia tóxica saliera de mi cuerpo y no me dejara expuesto frente a mi padre.

Volví a la central con la esperanza de verla allí pero no fue así, había pedido un par de días para volver a su tierra natal. Pasé horas dentro de mi oficina poniéndome al día con el caso de las Águilas Negras y creando un par de estrategias para la futura misión, y sin darme cuenta el tiempo pasó volando y estaba retrasado para mi vuelo hacia la cena. No hay droga más peligrosa que el trabajo, dice mi padre.

Tomé lo necesario y me subí al avión privado que me llevaría a mi destino, desconociendo el verdadero paradero. Cuando reconocí la pista de aterrizaje y el aeropuerto donde habíamos descendido todas mis alarmas se encendieron.

Estaba en Colombia.

Edén estaba en Colombia.

Ambos estábamos en Colombia.

Las probabilidades de verla eran casi nulas pero no cero, por lo que concurrí al club en el que Grace estaba tomando unos tragos junto a su novio e ideé ciento de planes para localizarla, bastaba un llamado para hacerlo pero prefería tomar las riendas del asunto yo solo. Teníamos algo pendiente y ambos lo sabíamos.

Cuando llegué al club y escuché su embriagadora voz pronunciar mi nombre con desconcierto no puedo negar que me puse caliente, y su vestido celeste no ayudaba para nada. Le reclamé el hecho a Grace, porque ella sabía quién era la capitana Sánchez, pero me hizo prometerle que me comportaría.

Lo juré, pero no me contuve.

Verla bailar en la pista, pasando sus finas manos por sus acentuadas curvas al ritmo de la sensual música solo me llevó a beber mucho whisky barato y no poder quitarle los ojos de encima; Sin embargo, no era el único. Una manada de perros se quedaban embobados con el movimiento de su cadera y lo caliente de su figura, poniéndome la sangre a arder y el deseo al tope.

El encuentro inconcluso en el bañó fue como la chispa que necesitamos para encender la dinamita, aunque esta no llegó a explotar. Quería arrancarle esa estúpida tela para follarla sobre lavabo, sentirla por dentro y lamer su sudada piel.

Salió desesperada del lugar y no volteó a verme al hacerlo, asique tomé es como un reto. El futuro cuñado de Grace, hermano de Leo o como se llame el mejor amigo de Edén, me dijo que esta se encontraba pidiendo un taxi fuera para irse junto al borracho.

- Yo la llevo. – Lo corté en medio de su explicación, lucía desesperado y a mí me urgía fumar.

- No hace falta, el taxi no tardará en llegar.

- Que se joda. Yo la llevo, - Digo sin tener el mínimo interés en las excusas que intenta ponerme. Señalo con la cabeza a su hermano, quien está revolcado en un sillón dando pena. – y a ese también.

- No creo que a Edén le gus... - Y antes de que termine la frase yo estaba afuera fumando mientras apreciaba el trasero de su amiga.

Luego de eso tuvimos una infantil discusión con Edén, la cual quise finalizar diciendo algo que la desconcertara y confundiera; Un cumplido.

Arder | Versión en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora