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Cuando salí, con ella caminando a mi lado, vi lo parecida que era a Lizzie en su manera de mirar todo, estaba seria, y me aferraba mucho la mano, mi novia caminaba de la misma manera, y cuando me miraba notaba la misma mirada de Lizzie en sus ojos.

LIZZIE

Cuando llegamos al colegio, saludé a Eva y Matías, pero cuando iba a saludarme Lila la frené.

- Esperá -dije.

Los dos nenes se fueron y me quedé a solas con ella.

- Perdón por haber sido tan brusca hoy... No estuvo bien que te lo dijera así -dije mirándola a los ojos.

- Está bien... No fue tu intención que sonara mal.

- No, amor, no fue mi intención, pero te dolió y no me gusta que te vayas así. Lo que quería decir es que quiero que tomes las responsabilidades que te corresponden nada más, no otras, porque sos una nena, y ahora sos mi nena, entonces no vas a tener que cargarte al hombro ninguna cosa que no sea para vos.

- Bueno...

La abracé fuerte y le di un beso en la frente.

- Andá, entrá, que te vaya muy bien, amor, cualquier cosa sabés que en dirección tienen nuestro número.

Me saludó y entró.

Llamé a Megan porque sabía que a esa hora debía estar dejando a Emma en el jardín.

- Amor? -dije.

- Hola, Lizz, ya estoy a media cuadra.

- Genial, querés que te pase a buscar y vamos al set?

- Dale, te espero.

Cuando llegué, Megan estaba parada en la puerta del jardín. Entró y me besó.

- Cómo les fue en la entrada? -preguntó.

- Bien, hablé con Lila, ya estamos bien.

- Menos mal, se la notaba triste.

- Sí, pero ya está bien, ahora al set, me dijeron que hoy se graban las escenas complicadas...

- Te parece que debemos decirle a los nenes lo que somos?

- Lesbianas? -pregunté riendo.

- Creo que eso es medio obvio -rio-. No, decirles que somos famosas, en dónde actuamos...

- Cuando pregunten les decimos, por ahora no lo creo necesario.

- Está bien... Y cuándo podemos traer a Rose? Quiero que la conozcan, y a Scar también.

- Pasado mañana? Vamos a tener todo el día libre y los nenes no tienen clases porque es feriado.

Asintió.

Al llegar al set nos separamos porque teníamos que grabar para proyectos diferentes.

MEGAN

Cuando terminamos la jornada, fui a buscar mis hijos al colegio, Lizzie ya había salido ante para buscar a Emma. Salieron todos contentos, les gustaba el nuevo colegio.

- Y tengo un montón de amigos! -dijo Matías.

- En serio? Qué bueno, amor... Vos Li?

- Tengo amigas nuevas, pero extraño un poco a las de mi otro colegio...

- Podemos decirles que vengan a casa algún día si querés... Te parece?

- Sí, me gustaría -dijo ahora un poco más animada.

Al llegar a casa, estaba Lizzie con Emma llorando a los gritos, tratando de calmarla.

- Hey, hey, qué pasó? -pregunté cerrando la puerta después de que entraran todos.

- No sé... No deja de llorar... -dijo ella estresada.

- Dámela -dije y la tomé en mi brazos.

Me senté y le de la teta a ver si era eso, y efectivamente era eso lo que quería.

- Eso necesitaba? -dijo Lizzie sentándose.

- Al parecer... No le diste mamadera?

- No, no quiso.

Miré a mi hija mientras tomaba, estaba colorada de tanto llorar.

- Está bien, amor, estoy acá... -dije secándole las lágrimas.

Lizzie fue a prepararles el almuerzo a los nenes, yo la seguí aún con Emma en brazos y tomando.

- Creo que hay que contratar a alguien para que se encargue de la casa... Está siendo demasiado trabajo -dijo ella.

- Puede ser... Quizás para que limpie cuando no estamos en casa...

- Sí, ya vamos a ver, quizás Scar sabe.

- Mamá, hoy en el colegio me dijeron que me porté muy bien -dijo Matías orgulloso de lo que le dijeron.

- Qué bueno, cielo, te felicito -dije.

- Genial, campeón -dijo Lizzie dejando los platos en la mesa.

Lila la ayudó a poner la mesa mientras Matías acompañaba a Eva a lavarse las manos.

Yo me paré para ayudar, pero Emma seguía tomando, por lo que tuve que tenerla conmigo.

- Sentate, Meg, nosotras podemos -dijo Lila. Se me hizo un comentario tan parecido al que haría Lizzie que miré a mi novia, ella me miró riendo porque supo lo que estaba pensando.

Me senté y, unos minutos después Emma se había quedado dormida, entonces la llevé al sillón y dejé el monitor para escuchar si lloraba cuando despertase. Mientras acomodaba los almohadones para que no se cayera, sentí unas manitos que me agarraban el borde de la remera.

- Hola, Evi, cómo estás? -dije alzándola upa.

- Está dormida? -preguntó.

- Sí, amor, tenía sueño.

Fuimos al comedor, donde senté a Eva en su silla y me fui a prepararme un té porque no tenía hambre. Pero ni bien toqué la pava, Lizzie me tomó de la cintura y disimuladamente me dijo al oído:

- Ni se te ocurra, te sentás y comés -susurró y me sacó la pava de la mano.

- No tengo hambre, Lizz, desayuné un montón...

- Dos tostadas -dijo seria-. Desayunaste dos tostadas.

- Voy a cenar, solo ahora no tengo hambre.

- Qué lástima, amor, porque no voy a dejar que pongas un pie en otro lado hasta que no almuerces.

Me vio con los ojos llorosos, por lo que se me acercó.

- Escuchame, Meg, estás amamantando, tenés que recuperar esa energía... Además estás con cuatro hijos, sabés lo desgastante que es? Tenés que alimentarte bien si o sí.

Asentí y me senté. Los nenes por suerte no nos habían prestado atención.

Esa noche, me desperté a las tres de la madrugada porque Emma estaba llorando. La fui a buscar a su cuna, donde estaba parada y llorando desesperada. La llevé a nuestro cuarto.

Lizzie se despertó y prendió la luz de su mesa.

- Teta -dijo Emma entre sollosos.

Me acomodé en el respaldo para amamantarla y vi cómo Lizzie me miraba preocupada.

ELIZABETH OLSENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora