Capítulo 20

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Estaciono el auto y observo el lugar, la verdad es que me sorprende que  no maneje más de 15 minutos, pero aún así,  sé que James querrá pasar más tiempo con Nathan.

Trato de no estresarme por eso, tomo mi celular,  activo una alarma para que suene a las 21:00 y pueda enviarle un mensaje a Alen para que espere por nosotros porque no puedre llegar a tiempo. Subo el volumen y lo guardo.

Giro para poder observar a James.

- ¿Ya puedo salir? - Pregunta pegado a la ventana.

- Cariño, mírame. - Le pido.

- Pero Nathan... - Señala al hombre fuera de su auto, cruzando la calle. Esperando por nosotros.

- James, por favor. - Desabrocho mi cinturón para verlo mejor entre los asientos. 

Obedece pero luce frustrado.

- Sólo podemos estar un rato ¿bien? - Me quito mis zapatillas y las remplazo por unos zapatos bajos.

- ¿Eso será mucho o poco? - Pregunta moviendo sus pies.

Trato de pensar cuanto tiempo podríamos estar aquí, sólo seria una hora y media por lo mucho. No quiero ilusionarlo.

- ¿Será menos de lo que pasamos con él en la alberca? - Continúa mientras arruga su frente.

Agradezco su comparación. 

- Si,  mucho menos.

Salgo, lo ayudo a bajar de su asiento.

Me permito admirar el restaurante,  luce elegante y muy bonito, sus fachadas son de color blanco y el nombre de este está con letras doradas. Se encuentra al sur de donde vivimos y no suelo venir hacia acá o tomar en cuenta sus lugares.

Nos acercamos al castaño. 

- Morito es un restaurante que los lunes prepara un menú vegano. - Nos informa, lo veo sorprendida por el detalle. -¿Vamos? 

- ¡Si! - Exclama James y reímos.  Debo de tranquilizarme y disfrutar de este momento.

Caminamos los tres  juntos mientras el pequeño toma nuestras manos. De nuevo.

Al principio, en la parte de afuera hay mesas redondas para dos acompañantes, en la puerta un chico nos permite pasar e inmediatamente me encanta el lugar.

En el interior  las paredes están pintadas de blanco a la mitad, la parte superior de un color azul claro, al igual que las sillas, las patas de las mesas son de madera oscuro.  Mientras que al fondo del lado izquierdo se encuentra la cocina, frente a ella y a su alrededor hay mesas cuadradas que rodean una barra en forma de "C" pegada a la pared derecha con bancos. Por último en el techo hay lámparas  lineales que formaban cuadrados o rombos, según la perspectiva.

- ¿Te gusta? - Nathan me sonríe al ver mi rostro sorprendido.

- Es... es hermoso. - Sonrió aún más, él corresponde de igual forma.

- ¿Dónde quieren sentarse? - Pregunta.

- ¡Ahí! - James grita y señala hacia la barra.

- La barra será. - Asiente. Frente a nosotros algunas personas preparan bebidas.

Una chica de cabello castaño y ojos verdes deja los menús frente a nosotros.

No puedo creer la variedad de platillos que hay.

- Mami. - James intenta arrodillarse en el banco para alcanzar a ver, este se tambalea; por reflejo lo cargo y lo pongo en mis piernas.

- Ten cuidado. - Acarició su cabello, y él me mira con ojitos de cachorro. - Bien ¿Qué vas a querer?

Leo el menú para ambos. La verdad es que tengo mucha hambre y mis recetas son muy sencillas a comparación de esto.

Elegimos:

- pan con tomate 

- mojo de aguacate y chalotas crujientes

- fideos y orzo con pilaf, cebolla dulce y trufa de verano

- berenjenas fritas con melaza de dátiles

- patatas bravas y alioli

- ¿Puedo pedir postre? - James pregunta y sabe que no estoy acostumbrada a que coma tanto de noche. 

- James sa...- Me interrumpe. 

- La abuela dijo que no comiera demasiado si quería ir con Nathan. - Observa el menú. 

Que mi madre ¿Qué? 

Paso mi vista a Nathan y trato que mi enojo no regrese y decido hacerle caso a mi pequeño lado tranquilo para que disfrute de la comida y la compañía de mi hijo. 

- Entonces... ¿Puedo? 

Suspiro y asiento.

- Bien.

Al final también pedimos de postre helado de yogurt de fresa.

Le decimos nuestra orden a la misma chica y le aclaro al castaño que James no se terminara un plato de todo lo que pedimos. 

-Bien, serían dos platos de toda la comida a excepción del helado y también queremos un litro de sangría y una botella de agua. Por favor. 

-Esta bien, en un rato se los traeremos. 

- ¡Gracias! - James exclama y la chica ríe. 

- Claro, pequeño. - La chica acaricia su cabello e inmediatamente sus mejillas se enrojecen. 

- Guau! - Suelta Nathan. - Tan pequeño y coqueteando con las chicas eh? 

- ¡NO! - Él se cruza de brazos, claramente  frustrado e incomodo  por lo que a dicho su padre. - Sólo fui amable. 

- Si claro. - Ironiza el castaño- Ya veremos cuando crezcas. - Un chico deja una jarra con la sangría frente a él y se sirve un vaso. 

- No. - Susurra y un puchero aparece en su rostro. 

Lo que Nathan no sabe es que hace unos meses James descubrió una parte de si mismo, lo cual me sorprende ante su corta edad pero yo no le negare nada, ni mucho menos a la persona a la que él elija amar. 

Me acerco a él y tomo sus mejillas. 

- Hey! tranquilo. 

- Pero tu me dijiste...- Pasa su puño tallando su ojo izquierdo. 

- Si, y también dije que tienes que tomártelo con calma - Limpio las lágrimas que se le escaparon.-  y que si así ocurre tomaras una decisión tú mismo mientras los años pasen y yo la respetaré, te apoyaré y ayudare ¿bien? 

Asiente mientras se sienta en mis piernas y se recuesta en mi pecho. 

- No se que ha pasado. - Habla Nathan confundido. -  Pero sólo fue una broma okay, campeón?  

James asiente de nuevo. 

- ¿Campeón? - Pregunta mientras sonríe. 

- Si, ¿te gusta?

- Si- Admite. 

- Bien, porque voy a llamarte así. - Le guiña un ojo y choca los cinco

Sonrío encantada por este momento entre ambos. 

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2021 ⏰

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