Undécimo | Black II

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Decir que la carta de Harry había hecho estragos en el animago era poco. Desde que salió de prisión, gracias a Harry según había escuchado de Amelia Bones en su juicio, él quería ir corriendo con su ahijado, quería estar con él y ser el pilar que necesitaba.

Claro que no pudo al ser retenido en el hospital, su cuerpo estaba desnutrido y deshidratado, pero gracias a que estuvo el mayor tiempo de su encarcelamiento en su forma animaga su mente no sufrió mayor daño.

Ahora, en su habitación de San Mungo; solo existía la carta que tenia entre sus manos, no sabia que pensar de su pequeño Prongs. ¿Harry tenia otro padrino? No, la pregunta que quería gritar era: ¡¿Severus Snape / Quejicus era su otro padrino?! La vida le estaba golpeando en la cara de manera fuerte.

Él quería a Harry a su lado, pero si debía ser sincero el menor tenia razón y supo eso solo gracias a su amigo Remus; él había estado con Sirius desde el primer día que estuvo libre, ambos se habían perdonado y ahora volvían a su amistad, como si no hubiera pasado una década en que estuvieron separados.

Sirius quería tiempo a solas y Moony no se lo negó, al menos ahora estaba seguro que no correría fuera de la habitación para querer escabullirse e ir por Harry, el hombre lobo le había abierto los ojos y en algo tenia mucha mas razón. Si Severus no es bueno con Harry, su ahijado no hubiera dicho lo feliz que estaba a su lado, no lo hubiera amenazado al mas puro estilo Slytherin para no meterse en su "relación"

Eso era otro tema, desde que Harry nació él se convenció de que sería un león hecho y derecho, después de todo su familia entera lo era. ¿Qué podría salir mal? Ahora tenia que cambiar su chip tan rápido como había llegado, su pequeño león en realidad era una serpiente, sus emociones estaban aun peleando por aquello, pero se prometió a él mismo y a Moony que por ese hecho no iba a dejar a Harry atrás.

Con un fuerte suspiro se dejo caer en la cama, tenia tantas preguntas en su mente y ninguna le daba respuesta, también tenia miedo, bastante miedo por su cachorro y no, no lo decía por estar junto a Severus Snape.

Sirius no tuvo juicio, fue enviado directamente a Azkaban y por mas que gritara por algún auror nunca pudo hablar con los guardias. Él NO había hecho nada malo, lo único malo que cometió fue dejarse llevar por lo que Dumbledore le decía, recordaba sus palabras perfectamente: "Es tu deber Sirius, ve tras Peter y venga a tus amigos". ¿Cómo se dejo llevar por eso cuando Harry estaba huérfano de un momento a otro y mas lo necesitaba?

El odio que tenia contra el director creció a medida de los años, él pensaba que con los días iría y lo sacaría de ese lugar, después de todo fue el anciano fue el que lanzo el fidelius, él sabia perfectamente que Sirius no era el guardián secreto y cuando nunca llego, su mente solo se enfoco en odiarlo y planear su venganza.

Por ahora se encargaría de mejorar, ahora era lord de la casa Black, su sorpresa fue grande cuando el Gobblin encargado de la finca Black mando la carta que pasaron algunos días hasta que contesto, iba a jugar bien los papeles ahora, no iba a dejar que nadie lo usara nuevamente y si tenia que actuar como un completo hijo de puta para que nadie lo menospreciara lo haría con gusto.




Harry creía que no iba a recibir noticias de Sirius, creía que lo iba a ignorar, tanto por ser una serpiente como por Severus, cuan equivocado estaba.

Cuando la lechuza llego y después de acariciarla tomo la carta se sorprendió demasiado, a veces recibía cartas de Ragnok para demostrar sus ingresos mensuales de los que se encargaba, ya que él al ser menor de edad no podía, pero al notar la letra de su padrino y más aún, el sello de los Black quedo helado.

Ese día después de clases fue directo a Severus, necesitaba hablar con él con urgencia por el ultimo Black, la carta decía que Sirius haría las cosas al modo de Harry, decía como él tenía razón al temer de alguien desconocido y que harían las cosas con calma, también le había pedido, de una manera formal, reunirse junto a Severus en su primera visita.

La cabeza de Harry estaba por estallar, él nunca, nunca en su vida pasada había visto tal actitud en su padrino y pensaba seriamente si la locura le había jodido el cerebro de algún modo.

Cuando Severus leyó la carta pudo notar en el rostro del mayor como él también estaba sorprendido, dejando el problema reciente de lado, a Harry le gustaba ver como junto a él Snape dejaba su mascara caer.

"Hm... ¿Seguro que quieres ir? Debo decir que conocí a Black y con esta carta demuestra ser muy diferente de su pasado, tal vez sería bueno conocerlo"

Harry asintió, pero no supo a que, si quería ir con su primer padrino, pero aun no era el momento, debía ir primero a la casa Black y ahora era urgente, si Sirius usaba el emblema de la familia en cartas significaba que tomaría el mandato como Lord, ¿No?

"Si... quiero conocerlo, pero este fin de semana no, aún no me acostumbro a la idea. ¿Puedes responder por mí?"

Severus sonrió asintiendo, acariciando ahora la espalda de su ahijado observando la carta sobre su escritorio

"Lo hare, no tienes que preocuparte por estos temas, te informare el día para la visita. Por ahora solo dedícate a tu estudio, debo decir que estoy sorprendido, los demás profesores han dicho lo excelente que eres en sus materias"

Harry sonrió y rio suave, claro que sería bueno, ya había vivido todo ese maldito año, pero nadie sabía y estaba seguro que no lo contaría nunca

"¿Qué puedo decir? Tuve un tutor estupendo" Murmuro junto a una risa llena de diversión, escuchando el bufido y el "Mocoso" de parte del mayor. 

Maestro de la Muerte || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora