WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

20

EL NOMBRE PROHIBIDO
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— Una vez que terminéis vuestras pociones, quiero que las pongas en este estante. Serán examinadas — anunció Snape después de darnos las instrucciones para hacer la Amortentia.

Por un buen momento, tuve una distracción de mis pensamientos sobre Fred. Pero no podía negar el hecho de que todavía estaban en el fondo de mi mente. Media hora después, estábamos todos listos para poner en la estantería nuestras botellitas con Amortentia. Snape se fue un momento, no sin antes ordenarnos que hiciéramos una cola y, por supuesto, yo tenía que estar al lado de Fred y George.

— Honestamente, esta poción apesta.

George se rió entre dientes.— ¿En serio? La mía huele a fresas... un poco raro.

— Sí, incluso puedo decirte que son fuegos artificiales de las malditas Arpías de Holyhead, solo un equipo de mierda como ese podría tener fuegos artificiales tan malos — rió.

OH NO, NO HABÍA DICHO ESO.

—¡¡NO CON LAS ARPÍAS, IMBECIL!!— No pude evitar gritar. —¡Son el mejor equipo que hay!

Ambos gemelos se dieron la vuelta y mientras que George me miraba divertido, Fred tenía el ceño ligeramente fruncido.

— Sí, Freddie, son bastante buenas — dijo George riendo como si estuviera bromeando. — Sin embargo, no es tan al alcance de los Montrose Magpies o de los Kenmare Kestrels.

— ¡Bah! Tonterías. Incluso el equipo de Ron es mejor que ellas.

— No tenéis ni idea — escupí realmente molesta.

Las Arpías de Holyhead eran mi equipo favorito de Quidditch desde que era una niña y todo lo que sabía del deporte era gracias a ellas.

Fred estaba a punto de responderme, pero Snape entró en la habitación y tuvo que bajar el tono.

— Deja que los verdaderos jugadores hablen, Lili — dijo lleno de sarcasmo e ironía.

—¡Ni se te ocurra llamarme Lili!

—¡On por Merlín! No le llames así— dijo Snape con un tono exhausto al mismo tiempo que yo. Aparentemente, Fred había hablado lo suficientemente fuerte como para que Severus lo escuchara.

En el momento exacto en que ese nombre abandonó la boca de Fred, los flashbacks y los recuerdos me golpearon como una camioneta. Solo mi madre me llamaba Lili y cada vez que alguien me sugería la idea de llamarme así sentía una enorme pena y desprecio.

— NO ME PUEDES ABANDONAR, LILI

Su vieja y huesuda mano con largas uñas atrapaba la mía entre los gruesos barrotes. Su voz susurrante se parecía más al silbido de una serpiente que al de un humano. Incluso en la oscuridad, todavía podía ver su largo cabello castaño enredado y su rostro delgado con todos los huesos marcados haciéndola lucir aún más aterradora.
Estaba en el suelo, ni siquiera podía ponerse de pie debido a las torturas por las que la sometieron los Dementores.

— Por favor, madre, deja que me vaya — Gritaba sentada en el suelo frente a la celda y sintiendo sus dedos estrangular mi muñeca. Ya podía ver los moretones en mi piel.

— Lili, va a volver. Lo sé. Lo siento. Va a volver y te necesitará — seguía diciendo mientras trataba de acercarme más a ella. — El Señor Oscuro irá a por ti. Tu único propósito en la vida es ser suya, Lili. ¡Hazme sentir orgullosa, vénganos del bastardo de tu padre y borra esa sangre de barro en tus venas!