Capítulo 2: Irritantes Sentimientos

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—¿Camila? ¿Estás con nosotros cariño?. –preguntó la molesta voz de su madre.

Sinhu; una reconocida crítica de arte, Camila miró a su madre como si mirase un cuadro mal acabado, con pintura colgando y sin firmar… simplemente irritante. La señora Cabello y su hija habían tenido una pésima relación desde que Camila tenía uso de razón.

La muerte de su padre, ser conocedora de su matrimonio impuesto y el cinismo constante por parte de su progenitora hacia los padres de Shawn causaba la única reacción esperable en la castaña: el odio incondicional.

—¿Te ha gustado la obra?. –preguntó Shawn, poniendo estratégicamente su mano en la espalda baja de Camila.

—Estaría mejor si solo me invitaras a mí. –le dijo sin ningún recato la castaña al chico a su lado.

—La mejor parte ha sido cuando él la salva. ¡Definitivamente mi favorita!. –exclamo la señora Cabello subiéndose al auto.

Tanto Shawn como la señora de cabello oscuro se enfrascaron en una muy interesante conversación… lo suficiente para no pedir el comentario de Camila cada tres minutos. Y cuando aquella idea pasaba por sus cabezas, era rápidamente destruida, puesto que cada pregunta dirigida a Camila era contestada con un seco "aja" sin atención.

Y no solo porque ella odiara a ambos seres dentro del auto… sino porque no había sido conciente ni siquiera del comienzo de la función.

Su mente había estado distraída, como si sus oídos solo pudieran escuchar el molesto tamborileo de su corazón repicando cada vez más fuerte al recordar la risa de Lauren.

Aquella risa, sus ojos de colores indescifrables, su voz profunda, sus manos suaves, su cabello hermoso, todo su ser…

Camila sintió como la sangre se concentraba en sus mejillas y audazmente bajo la ventanilla apoyándose en aquel espacio para que sus mejillas volvieran al color natural.

Imposible… ¿sonrojos? Ella no sufría de aquellos males desde que su papá la iba a buscar al jardín de infantes y la saludaba con un "hola mi mariposita".

Los árboles que rodeaban la carretera pasaban como bólidos a sus mortales ojos. De pronto, el mar a la orilla de la carretera le hizo soñar que aún tenía tres años, que su padre aún estaría vivo y este no era más que un mal paseo de curso donde le tocó sentarse con compañeros molestos.

Camila Cabello aparentaba tener una coraza de acero. Nada penetraba su fiera capa exterior. Y quien se atreviera a hacerlo, era rápidamente reprimido. Sin embargo, en el fondo de ese cubo congelado que tenía en el lado izquierdo del pecho, añoraba ser abrazada por su padre, consentida por las mañanas con una calida sonrisa y el desayuno en la cama. Extrañaba el calor y sobretodo el amor.

El mar… aquel mar que se llevó a su padre. Aquel maldito y hermoso mar que engatusó a su progenitor hasta la muerte.

A pesar de aquel resentimiento con el poderoso ante sus ojos, comprendió a su adorado padre a la perfección.

Las luces de los barcos, y edificios altos. El sol en el horizonte, las nubes de un hermoso color anaranjado… imponente y asombroso. Sin embargo, aterrador hasta la médula.

Camila no recordaba siquiera la última vez que se había metido al mar… pero recordaba con lujo de detalles las miles de horas que pasaba sentada en la arena, retándolo. Era su modo de decir "aquí me tienes. Te lo llevaste y aquí me tienes".

Se sentaba horas y horas, mirando las olas subir y bajar. Llenando sus oídos de las risas infantiles. Observando y temiendo por cada hombre que entraba a las garras del imponente azul frente a ella…

Contigo, imposible (Adaptación Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora