Estrella: Un Amigo En Peligro.

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Taurus obliga a Tristan a beber dos tragos más. Tristan rechaza tajante seguir con la petaca. Entre Taurus y Lina se terminan la petaca y parece que no le hace efecto el alcohol.

—Saben —Taurus se estira en el mueble y le coloca las piernas a Lina en el regazo—. Esa petaca me dio hambre.

—A mí también me dio hambre —Tristan también está acostado en el otro sofá.

—¿Qué vas a estar hablando? Si ni siquiera te bajaste media botella —Taurus le lanza un cojín el cual Tristan lo sostiene en el aire con magia negra.

—Muchas gracias primo, me sentía ya incómodo —Tristan atrae el cojín hacia a él y lo coloca debajo de su cabeza—. Pero en serio tengo hambre.

—Yo también —apunto. Miro un momento a Tristan y él me devuelve la mirada.

—Ni lo sueñes —Tristan habla enojado.

—Sólo una vez, será un solo atraco y listo —me levanto y voy hacia a él.

—Luna está buscado una razón justificable para clavar mi cabeza en una pica ¿y tú pretendes que haga tu trabajo sucio? —él me mira rabioso.

—Me perdí —Taurus se sienta—. ¿A qué se refieren con atraco?

—Cuando éramos unos mocosos inmaduros —Tristan mira a Taurus más tranquilo— y había este tipo de eventos, Estrella y yo nos metíamos en las cocinas o en las mesas de banquetes a tomar comida y dársela a ella y a sus amigos.

—Nos las pasábamos geniales con esos banquetes —exclamo nostálgica.

—Como sea, no voy a cometer un delito y mucho menos estando tan cerca de Luna y su guardia —Tristan se cruza de brazos. Lina se acerca a Tristan y se sienta a su lado.

—No es necesario que lo hagas solo —Lina le toma de la mano—. Yo tomo la comida y tú la desapareces mientras que Taurus y Estrella la retienen aquí. No estarías cometiendo ningún crimen.

—Pero sería cómplice —le replica.

—Tu hermana no se atrevería hacernos algo a Taurus o a mí —ella le toca la mejilla— y a Estrella la quiere mucho…

—Y a mí me desprecia —Tristan se quita la mano de Lina de la cara, sin embargo ella no pierde ni una pizca de paciencia.

—Tienes hambre —ella le toma el mentón y lo a obliga a mirarla—. Todos tenemos hambre y si lo hacemos sin ti no comerías ni siquiera las sobras. Y si alguien se entera, me aseguraré de  culparte de todo y todos me van a creer y a ti no.

—Eres una desgraciada lo sabías —él la mira enojado—. Está bien, lo haré. Pero quiero la carne para mí.

—Tendrás tu gran trozo de carne siempre y cuando hagas todo lo que yo diga —ella sonríe y se lleva a Tristan fuera del salón. Él la sigue a mala gana por los pasillos y se pierden.

—Lina lo acaba de manipular —exclamo un poco indignada.

—Digna hija de mi madre —Taurus se sienta en el sofá.

—¿A qué te refieres? —lo miro perpleja.

—Qué mi madre obtiene lo que quiere manipulando o como crees que es tan poderosa —se recuesta en el sofá—. Cada miembro de esta familia ha manipulado, engañado y matado para lograr lo que son hoy. Y Luna no es la excepción y mucho menos mi hermana. ¿O me dirás que no has hecho alguna de las tres?

—Lo hice para sobrevivir —le reprocho—. No me enorgullece, pero tampoco lo presumo como si fuera un logro.

—Esa es la diferencia que hay entre Luna y tú —él me señala—. Y también la razón por la que te uniste a la legión negra. Tu hermana está allí afuera presumiendo cómo unificó a través de masacres este puto congelador. Tú preferiste ser el soldado que tarde o temprano nuestra familia usará a su antojo y no podrás negarte aunque tu vida dependa de eso.

El Nacimiento De Un Imperio [II Libro De La Saga Dioses Universales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora