Vigesimocuarto | Baile

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Tanto Lucius como Voldemort recogieron el regalo y las cartas del viejo hacia Harry y las colocaron en un baúl, decidieron ir al ministerio después de su resurrección junto a Severus, Harry debía acompañarlo y sabia muy bien que Amelia Bones no se dejaría engañar, ni siquiera por Dumbledore.

Después de ese inconveniente Harry estuvo en una pequeña reunión con los Lords, Lucius le explicaba como debía comportarse en el baile de ese día y Voldemort recalcaba algunos nombres con quien debía entablar charla, un nombre estaba claro entre ambos adultos. "Cornelius Fudge"

Harry sabia que debía hacer migas con el ministro, serviría muy bien para sus planes a futuro y sabia perfectamente como manipular al hombre, a Fudge solo le importaba el poder y tenia un odio en común, Dumbledore. Fudge creía que Dumbledore quería quitarle el puesto y Harry se aprovecharía al máximo de eso para tenerlo en su bolsillo.

Después de esa pequeña reunión y el almuerzo Draco lo 'secuestró' en su habitación, la primera semana en Hogwarts noto que el rubio era un aficionado en el cuidado de la piel y en la moda, a veces pasaba tiempo hablando con Pansy y Daphne sobre eso y le causaba gracia, claro que esa gracia se iba cuando era sobre él a quien se refería.

Narcisa lo había obligado a usar una poción para crecer su cabello, según ella 'Era tradición' de los herederos usar el cabello un poco mas bajo de los hombros y como Harry era el único de la familia Potter debía portar orgullo cada tradición. Le molestaba un poco, pero las replicas se fueron al momento de notar como ya no parecía tener un nido de pájaros sobre su cabeza, es más, le gustaba demasiado como su cabello era ahora.

Draco lo obligo a bañarse y vestirse con su traje inferior solo para poder peinarlo, era muy, muy extraño que alguien le tocara el cabello, pero descubrió que el toque del rubio le gustaba, solo debía poner su túnica para bajar al baile y quitar el glamur que escondía su anillo de heredero.

Ahora, cuando Draco acabo con él y había salido para arreglarse. Harry se encontraba observándose en el espejo. La vista era tan diferente que no se reconocía. Era un poco, solo un poco mas alto que en su vida pasada a los once años, pero la desnutrición había desaparecido y ya no se notaban sus huesos tan fácil, la falta de las gafas ayudaban a resaltar los pequeños rasgos aristócratas que tenia su rostro infantil y ahora su cabello; peinado con una cinta que lo sujetaba justo bajo su nuca de manera suave y pequeños mechones a los lados de su rostro le daban un toque digno de un lord.

Narcisa le había explicado que Draco, al tener padres vivos, su título de heredero lo recibiría a los quince años, esa era la diferencia de ambos, él ya debía comportarse y portarse como un heredero y futuro lord frente a la sociedad.

Cuando llego la hora de bajar al baile lo hizo junto a Draco, claro que se separo de él en cuanto llegaron al salón. Harry portaba con orgullo los broches que Severus le dio, su túnica era de color negro y tenia los acabados en plateados, notándose gracias a como resaltaban los escudos de la familia Potter y Prince en su pecho al lado izquierdo, justo debajo de su corazón.

Harry estuvo hablando con muchas personas a lo largo de la tarde-noche, demostraba tener unos grandiosos modales y tener una gran etiqueta, además de que su mascara pulcra nunca desapareció.

Se asombro bastante como ya caída la noche había aparecido Sirius, estuvo con su padrino hablando por cerca de una hora, a veces siendo interrumpido por otros lord o ladys, con los cuales entablaba conversación de inmediato. Que Sirius Black estuviera a su lado, en un baile con familias sangre pura y por su propia voluntad hacia que su pecho se llenara de amor por él hombre. Claro que también había intercambiado regalos con Sirius y Remus.

Maestro de la Muerte || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora