LUJURIA CAP 72: Parte censurada

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Esta parte censurada está en booknet, pero lo subo acá ya que no todos tienen booknet o no les gusta leer en booknet.🥰🥰

Rachel

Aparto el pie y me toma con rabia.

—No quiero —me opongo.

—Se te olvida como son las cosas —me toma del cuello.

—Ándate con tu puta y no me jodas...

Busca mi boca y aparto la cara, trato de empujarlo, pero insiste hundiéndome en la cama.

—¡No quiero, joder! —lo empujo y se levanta echando humo.

Saco el juguete arrodillándome en la cama, la mirada oscura le destella preso de la ira y alzo el mentón.

—Largate y ve entendiendo que...

Vuelve a tomarme del cuello.

—Ay, Rachel yo... ¿A quién me parezco? —se impone poniéndome a pasar saliva— ¿Crees que soy el tipo de hombre que anda con jugarretas? ¿Qué se deja coger las bolas a cada nada? ¿Crees que soy Bratt o Antoni como para sopesar que conmigo puedes hacer lo que se te da la gana?

Resopla en mi mejilla encendiendome las neuronas, quiero encontrar la cura a esta enfermedad mental que me prende cada que se pone asi.

—¿Crees que soy un marica el cual puedes manejar a tu antojo?

—Si.

Me saca de la cama a lo animal y acto seguido se suelta el cinturón.

—De rodillas.

—No.

En un paso lo tengo frente a mi tomándome del cabello obligándome a bajar, con una mano me sostiene y con la otra se saca y sacude la polla frente a mis ojos formando un cúmulo de saliva en mi boca, el glande toquetea mis mejillas antes de acariciarme los labios.

Se me eriza la piel desencadenando el peor de los desesperos con su olor viril. ¡Dios! Creo que dejé de ser mujer y me he convertido en animal. Me pica todo el cuerpo, los pezones me cosquillean y siento que transpiro feromonas.

—Mira que así tan hembra no eres.

—¡Basta!

Hago otro intento por levantarme y vuelve a ejercer fuerza, baja a encararme entregándome el juguete que dejé en la cama.

—Vas a meterte esto mientras me la chupas mirándome a los ojos.

¡Jesús! Siento que me estoy derritiendo y termino tomando el juguete metiéndomelo entre las piernas, la angustia no baja y empiezo a mover el aparato mientras él no me suelta el cabello, mi garganta lo aclama tanto como mi canal, la dependencia se dispara con el roce del glande sobre mis labios y me lleva de aqui para allá como si estuviera en un estado de hipnosis.

—Chupamela —me la clava en la boca controlando la mamada mientras de rodillas me autocomplazco con el consolador.

Su polla me invade la garganta hasta el fondo y está tan deliciosa que procuro resistir lo más que puedo, lamo y babeo como si la vida se me fuera a acabar y me ve tan desesperada que me despega arrebatándome el placer.

—¿No qué no?

—¡No seas hijo de puta!

—¡Cállate! —demanda— Ahora no eres más que la ninfómana sumisa y caliente que me voy a tirar como se me dé la puta gana.

Esto es una tortura; Estoy tan acalorada y ansiosa que mi cuerpo actúa como si me fuera a morir.

—Dame —miro lo que tiene entre las manos.

Extras Pecados Placenteros (Eliminados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora