Capítulo 43: Estática

421 77 39
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



El sábado llega con una mañana de sol blanquecina. Hace horas que estoy levantada, esperando escuchar el rugido de su motocicleta.

Hoy no quiero pensar en nada que no sea disfrutar a su lado. Justo cuando estoy a punto de peinarme por décima vez (sin resultado alguno, ya conocen la rebeldía de mi cabello desobediente), Clover ladra y sé que ha llegado.

Corro escaleras abajo, gritando a mi madre que voy de salida. Abro la puerta de un tirón, y allí está, con su chaqueta de cuero negra cuervo, y esos condenados rulos flotando en la brisa matutina.

Camino los ciento cuarenta y dos pasos para saltar a sus brazos, y abrazarlo con fuerza. La pesadez en mi pecho se eleva al cielo, se evapora en esos segundos en que su boca se estrella contra la mía con la misma necesidad compartida.

Ya no me importa si nos ven o no. Sus brazos envueltos alrededor de mi cuerpo, me sujetan y me elevan del suelo. Chillo y él ríe a carcajadas.

Todo se siente tan natural, como si tuviéramos la vida entera para descubrirnos...

Viajamos hacia el norte esta vez, pasamos todo tipo de casas con cuidados jardines, dejando atrás al cielo, como un retrato azul en la distancia.

Mi mirada vuela hacia las nubes, trato una vez más de acercarme a papá, de conectarme con su voz, de evitar lo inevitable, pero es en vano. Un escalofrío recorre mi espalda, y agradezco estar usando casco pues oculta mis lágrimas.

El viento me golpea las mejillas con fuerza, y no puedo evitar pensar que puedo escuchar sus susurros con claridad mientras papá sigue sin voz.

River está concentrado en el tránsito, mantiene la calma mientras pasamos al lado de autobuses y camiones de carga. Cierro los ojos y trato de no imaginarme cómo sería ser golpeado por uno de estos monstruos metálicos. ¿Habría suficiente de mí en el pavimento como para reconocerme? Si muriera, ¿alguien me echaría de menos? Quiero creer que al menos Stormy lo haría.

Giro la cabeza, abriendo los ojos de nuevo, para ver pasar los árboles. Quieren saber si me olvidé de aquella idea loca que tuve de querer echar raíces como ellos. Charlan sobre raíces y volver a ser uno con la tierra. Me dicen que no sería necesario buscar a mi padre de esa forma, ya que me estaría esperando debajo del mundo.

Dios... estoy perdiendo la cabeza.

Suspiro y trato nuevamente de hablar con papá. Nada... Su silencio corta. No puedo soportarlo. Me recuesto contra la espalda de River, y dejo que su calidez me envuelva. No sé que voy a hacer, ni cómo seré capaz de hacerlo. Toda esta bolsa de sentimientos que tengo por él me pesa en el alma, y cuando ya no lo tenga cerca, todo lo que me quedará es mi esperanza de al menos poder volver a escuchar la voz de papá una vez más.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora